lunes, 29 de diciembre de 2014

NOCHE DE RECUERDOS


Navidad es una noche de recuerdos. A veces intentamos ahogarlos con el ruido, la comida, la bebida..., pero siguen ahí. Y cuando nos quedamos solos vuelven a aparecer. Se recuerda a las personas queridas que hemos perdido, que otras Navidades estaban con nosotros: un hijo, un marido, una esposa, un amigo...
Yo también tengo esos recuerdos. Mis padres que ya no están. Una persona que pudo estar, pero nunca estuvo, porque un día tuve que escoger y siempre te queda la duda de si acertaste o no. Pero sobre todo me vienen a la memoria mis Navidades en África. Aquella iglesia repleta la Misa del Gallo, sudando a más de 30 grados y 90% de humedad, mientras cantábamos que el Niño tiritaba de frío en el pesebre. Aquellos niños ilusionados viniendo a buscar una bolsa de arroz para celebrar la Navidad, como si fueran a un restaurante con estrellas Michelin. Una Nochebuena, qué casualidad, me trajeron una muchacha de parto. La comadrona del poblado me dijo que el niño tardaba demasiado en salir y que tenía que llevarla al hospital de Afanyan, de San Juan de Dios, a 30 Km. Como solía ocurrir, a los pocos kilómetros, a causa del traqueteo del coche (durante la estación seca la pista se convierte en una superficie ondulada), el niño nació. Y allí, con un cordel que siempre llevaba en el coche por experiencia, hice las dos ligaduras y corté el cordón umbilical. Luego seguimos al hospital. Allí, con la hermana Josefa, la comadrona  del hospital, acabamos de lavar al niño y esperamos que la madre expulsara la matriz y estuviera bien. Cuando hice el comentario de que nos habíamos perdido la Misa del Gallo, la madre Josefa me dijo:
- Pero,¿no ves que acabamos de presenciar la verdadera Navidad? Esto ha sido la verdadera Misa del Gallo. Aquí tenemos a María y a Jesús.  

1 comentario:

  1. Hola Joan Josep:
    ¡Cuánta raó que tenía la Madre Josefa!
    Una abraçada desde Valencia, Montserrat

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