domingo, 1 de marzo de 2015

SUBIR A LA MONTAÑA



En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: 

- Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. 
Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: 
- Éste es mi Hijo amado; escuchadlo. 
De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: 
- No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.
 Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de "resucitar de entre los muertos".


En la primera lectura y en el evangelio de hoy se nos habla de subir a la montaña. Abraham sube con su hijo Isaac para sacrificarlo. Jesús lleva a tres apóstoles a lo alto del Tabor para mostrarles su divinidad. Abraham, por su fidelidad, recibe la promesa de Yaveh de ser padre de un pueblo más numeroso que las estrellas del cielo y las aguas del mar. Los tres apóstoles se encuentran felices y a la vez asustados. 
Tanto Abraham como los apóstoles no se pueden quedar en la montaña. Deben descender a la vida cotidiana.
Por más elevados y místicos que sean nuestros momentos de oración y meditación, luego, debemos volver al día a día. Y es allí donde manifestaremos si nuestra oración ha sido verdadera o mero narcisismo. Si hemos visto a Jesús transfigurado, o nos hemos visto a nosotros mismos.
Jesús no quiere que hablemos a los demás de nuestras experiencias espirituales, sino que nos entreguemos a ellos, dando nuestra vida en la solidaridad y la lucha por la justicia. Jesús quiere que le veamos en los otros como "hijos amados del Padre." 

1 comentario:

  1. No debo de tener miedo de subir, porque el baja conmigo, gracias. un buen día.

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