jueves, 13 de mayo de 2021

EL ANACORETA Y LA ESPERANZA

 


El buen religioso se quejaba amargamente al Anacoreta, de la falta de vocaciones en su Congregación y en general en la Iglesia.
- Cada vez somos mayores y menos. Dentro de poco no habrá nadie para llevar nuestras obras.
El anciano lo miró con dulzura y le dijo:
- Lo peor que nos puede pasar, es perder la Esperanza. Estamos en manos de Dios. No hacemos nuestra obra, sino la Obra de Dios. Él sabrá qué hacer. Quizá aparecerán otras formas de vida religiosa, de seguir a Jesús, de seguir la misión. Lamentarnos no sirve de nada. Mientras tengamos fuerzas debemos seguir trabajando, esperando que Él sabe lo que se hace...
Y el religioso regresó a su convento con esta palabra escrita en su frente: ESPERANZA. 

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