sábado, 6 de febrero de 2021

EL ANACORETA Y EL MAL

 

Aquel hombre estaba desesperado. No entendía el mal en el mundo y cómo Dios podía permitirlo:
- ¿Cómo puede ser que los niños mueran de hambre?¿Cómo puede ser que la injusticia reine en el mundo?¿Por qué unos tienen tanto y otros no tienen nada? 
Siguió haciéndose preguntas sobre el mal que reinaba en la tierra y concluyó:
- O Dios no existe o es un ser perverso.
El Anacoreta miraba con tristeza a aquel hombre. Tras un largo silencio, respondió:
- Sí. Es difícil entender el silencio de Dios ante el mal. Muchos concluyen como tú, que Dios de existir es malo. Sin embargo algunos, esta visión del mal, les acerca todavía más a Él
- Sí - respondió el hombre - perdiendo el tiempo en oraciones inútiles.
- No - repuso el anciano - actuando.
 Luego mirándole a los ojos añadió:
- Moisés, al ver la esclavitud de su pueblo, se enfrentó al Faraón para liberarlos. Así hay personas que se enfrentan al mal y dan su vida para resolverlo. Ellos son la Palabra de Dios (aunque quizá no creen en Él). Ellos han comprendido que son, aún sin saberlo, las manos de Dios en esta tierra. Somos libres para el bien y para el mal. De cómo usemos nuestra libertad, depende que el mal desaparezca o crezca...

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