miércoles, 19 de mayo de 2010

EL ANACORETA Y LA MANO IZQUIERDA DE DIOS...


El joven que seguía al Anacoreta llevaba unos días un poco triste y callado. Aquella noche se acercó al anciano y le dijo:

- Seguir a Dios cuando todo sale bien es fácil. Rezar cuando se siente uno gozoso, lleno de felicidad, no cuesta nada. Pero cuando las cosas no nos salen bien en la vida. Cuando nos sentamos ante el sagrario o el icono y no sentimos nada y el tiempo se nos hace eterno...entonces se hace difícil rezar y seguir al Señor.

El Anacoreta hizo sentar al joven junto a él y tras unos momentos de silencio explicó:

- Dios tiene dos manos. La derecha nos es agradable. Es con la que reparte sus dones. Pero también existe la mano izquierda de Dios: el misterio doloroso. La que nos muestra la ambigüedad de las cosas. La que nos hace dudar, cuando no vemos nada, no sentimos nada al rezar y no encontramos sentido a la vida que nos rodea.

Volvió a guardar otro momento de silencio antes de proseguir:

- Los místicos la llamaban noche oscura...Hoy nos cuesta mucho entenderla. Nos han bombardeado de tal manera con la sociedad del bienestar, que no aceptamos que algo sea difícil, nos haga sufrir, exija esperar...No entendemos, que esos momentos son una gracia mayor que los dones de la mano derecha. No comprendemos que nos preparan para el "amanecer"...

El joven levantó la cabeza y preguntó:

- Sí; pero, ¿qué he de hacer para salir de este estado?

Sonrió el Anacoreta ante la confesión del joven y respondió:

- No pretendas salir rápidamente de este estado. Tienes que aguantar este período en que no encuentras sentido a nada. No abandones la oración. Aguanta con paciencia y un día te encontrarás con la luz de la mañana. En cierta manera, esa alegría inmensa que sentías antes en la oración se quedaba en la superficie. Tras la noche oscura, esos sentimientos se harán menos exuberantes, pero serán mucho más profundos. Estarán en el centro de tu vida. Sigue orando con paciencia y fíate de Él...

Y ambos se sentaron ante los iconos que el Anacoreta tenía en su Rincón y dedicaron un tiempo a la meditación...

9 comentarios:

  1. Qué difícil resulta esperar cuando la vista cansada apenas nos deja ver de cerca y las cataratas nos impiden leer los carteles con claridad y necesitamos preguntar....

    Qué difícil es esperar cuando se ha perdido el sentido de muchas cosas y la pregunta que más nos hacemos es ¿y total para qué?

    Lo más difícil en esos momentos es aguantar y seguir siendo constantes aunque seguro que ese es el camino, pero...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. BONES TARDES:

    FIARSE DE DEU. AIXÒ ES LO MÉS GRAND I DIFICIL EN ÉPOCAS DOLENTES.

    PERO TAMBÉ ES UN GRAND CONÇOL.

    GRACIES PER COMPARTIR AQUESTA ENTRADA.

    QUE DEU EL BENEEIXI, Montserrat

    ResponderEliminar
  3. Me gustaria ser ese joven, discipulo de un hombre de fé; y poder llevar ha la practica dichas ensenñanzas:- pero no soy asi.
    Me gusta leer lo que nos dices, soy de poca fé: ho tengo la cabeza en otras cosas una abraçada

    ResponderEliminar
  4. Siguiendo a tus seguidores es que te visito.
    No es fácil encontrar jóvenes aspirantes a anacoreta, así que cómo no iba a captar mi atención tu entrada
    Pero, ¡ay! eso de que rezar es fácil cuando la cosa va bien... es cuando más me cuesta parar y compartir el gozo con El.
    He aprendido a buscarLe para que comparta conmigo sufrimientos. Siempre está ahí. Hasta cuando grito "¡dónde estás!" El me calma susurrando "aquí"
    Cuando la cosa va bien qué fácil es bastarme
    y olvidar compartir un poco con mi Amigo
    Por eso son buenas las entradas como la tuya
    Nos hacen volver a El
    Un saludo

    ResponderEliminar
  5. A veces estamos tan desesperados que no vemos más allá, cuando las cosas van mal, cuando nada te ilusiona, cuando todo se vuelve en nuestra contra...pero él siempre está para ayudarnos a caminar, aunque cueste, aunque sea complicado está para todos y nosotros le debemos paciencia.

    Qué complicado es a veces!!!

    Un saludo

    ResponderEliminar
  6. ¡Hola amigo!
    A veces no es necesario sentir ni decir nada...sólo es importante "estar"...seguir a Jesús es lo más importante.Lo primero es Dios...y dejar al Espíritu que interceda por nosotros con sonidos que no se pueden expresar...
    Abrazos.

    ResponderEliminar
  7. También me reitero,como el discípulo.Es tan dificil sentarse y sentir cuando no todo va bien(y no me refiero ahora a lo material).
    Pero a mí las manos de Dios,son algo que me provocan y me llaman permanentemente.Así que seguiré escuchando,esperando y acariciada con su mano izquierda y derecha.
    Me gusta esto de hoy¡¡
    Besucos

    ResponderEliminar
  8. Gracias Hermano! Excelente post.
    Dios te bendiga. Abrazo en Él.

    GABRIEL MÉRCURI
    http://elmeditadorcristiano.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  9. Hay momentos en los que pienso que a Dios le a dado por sentarme en su mano menos generosa... Lo sé... me vas a decir que mire las cosas buenas o, como dices tú, los tiempos malos son para hecernos más fuertes y profundos . Tengo paciencia pero ...¡¡¡ quiero mis chuches ¡¡¡¡
    Un beso...y hoy, sin un porqué, sin esa conciencia de esperanza y sin paciencia.

    ResponderEliminar