lunes, 10 de mayo de 2010

EL ANACORETA Y LA PUESTA DE SOL...


El Anacoreta y su joven seguidor habían subido al Tibidabo. Desde allí, junto a la estátua del Sagrado Corazón, contemplaban el horizonte, Montserrat, Sant Llorenç y los cambios de color del cielo y el paisaje, a medida que el sol desaparecía tras las montañas...

El joven dijo:

- ¡Qué atardecer tan precioso! Volvería cada día aquí, para contemplar este espectáculo.

Sonrió el anciano y observó:

- Si sabemos mirar, esto ocurre también con las personas y las cosas. No son nunca iguales. De la misma manera que no encontrarás dos puestas de sol idénticas, las personas y las cosas también cambiamos.

Tras un breve silencio añadió:

- Un joven preguntó una vez a un monje de Patmos: "¿Por qué contemplas la puesta de sol cada día?". Y el monje respondió: "Estoy reuniendo energía, estoy recogiendo material, para que esta noche, al rezar, descubra la presencia de Dios en mi propio corazón".

Y el Anacoreta y el joven, siguieron contemplando en silencio el atardecer, llenándose de Presencia de Dios...

7 comentarios:

  1. Hay amaneceres que siempre parecen crepúsculos...
    Un beso, del Aire

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  2. Me gustan los atardeceres de sol. Resultan mágicos. Y esta entrada tuya también me gusta mucho...sobre todo cuando mencionas en que no hay puesta de sol igual a otra como las personas. Los cambios son necesarios. Son aprte esencial de nuestro crecimiento personal.
    Te comento que a pedido de un par de amigos blogueros se me ha pedido que no cierre del todo mis blogs y que repiense mi decisión de retirarme del ciberspacio. Por lo pronto, me tomo una pausa de hacer publicaciones. Pero esto no quita que me acerque a leerte en silencio o te deje un comentario y haga lo mismo con otros blogs.
    Te dejo un abrazo.

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  3. Gracias por ese atardecer. Nos llevamos en la noche lo sucedido durante el día y en la oración lo esponjamos como si de ese atardecer se tratase.Cada atardecer vale la pena contemplarlo porque son distintos y bellos.
    Con ternura.
    Sor.Cecilia

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  4. Cuarenta y cinco años en una fabrica sin ver amanecer,encerrado en las cuatro paredes y cuando entrava la claridad, y el sol se apagaban las luces.
    El atardecer hera el reflejo del dia vivido, y hice mi casa orientada hacia poniente; y nunca es igual pero el dia tampoco, por monotono que parezca.
    El amanecer me gusta verlo en el camino, hacia el monte, ha medida que se eleva el sol, me ayuda y me aligera el paso dandome alas.Una abraçada

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  5. Aunque la esencia se mantenga ,el reflejo de la persona y del univero...no son,no¡siempre iguales.
    Esa es la parte que debemos apreciar cuando se hace una mirada al otro:"desde su interior hacia afuera".
    Y en esa diferencia,escubrir qué nos quiere decir o nos está mostrando.
    Besucos

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  6. Comtemplando el horizonte, mente en blanco...atardecer.
    Sigues dando esa paz que muchos necesitamos...Gracias

    Un saludo

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  7. La Presència mitiga la tristor pel dia que s'acaba. Però arriba la nit i el Sol continua existint.

    Amb afecte.

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