miércoles, 3 de noviembre de 2010

EL ANACORETA Y EL CONOCIMIENTO PROPIO


Observó el Anacoreta, que su joven seguidor estaba nervioso e inquieto durante la hora de meditación. Al acabar la misma el anciano le dijo:
- Te he visto muy nervioso e inquieto durante la meditación.
El joven respondió:
- Lamento haberte distraído, pero no acabo de encontrar la forma de hacer el silencio en mi interior. Intento dominar la respiración y tengo sensaciones de ahogo. No encuentro la postura que  permita olvidarme de mi cuerpo...
Lo interrumpió sonriendo el Anacoreta. Lo tomó por la mano y lo hizo sentar. Tras un corto silencio dijo:
- Olvídate de respiraciones y de posturas. Olvídate de métodos y sistemas...En el momento de la oración, preséntate delante de Dios tal cual eres, no como querrías ser...¿Recuerdas el evangelio del fariseo y el publicano que meditamos hace unos días?
Hizo una pausa esperando el gesto afirmativo del joven y prosiguió:
- El fariseo se presentó ante Dios con su fachada, con su imagen ideal en la que no había ningún defecto. El publicano se presentó tal cual era, su realidad. Esa era la buena oración. 
Hizo otra pausa:
- Y allí empezó uno de los trabajos importantes de la meditación. Empezó a conocerse mejor. 
Lo miró sonriendo y concluyó:
- Es entonces, al conocerte, cuando descubrirás la mejor forma de controlar tu respiración, la mejor postura, el mejor método...para tí.
Y se fueron a comer unas castañas y unos "panellets" con un vasito de moscatel, regalo de una amiga... 

9 comentarios:

  1. Es cierto. Si no nos conocemos, ¿cómo podemos presentarnos o representarnos a nosotros mismos?

    ResponderEliminar
  2. Bon dia Joan Josep:

    A veces pienso que nececitariamos varias vidas para conocerno a nosotros mismos del todo.

    Por esto cada día desde hace algún tiempo digo que em pongo en manos de Dios y así voy pasando el día, tal como viene y esforzándome al máximo.

    Vuestra soy
    Para Vos nací
    ¿Qué quereis Señor de mi?
    Decia Sta. Teresa de Jesús.

    Y hay días que me enojo, y luego me sabe mal.
    Y no quería enfadarme por tonterías.

    Una abraçada, Montserrat

    ResponderEliminar
  3. Mi querido amigo Joan Josep, menuda tarea nos dejas hoy. Eso de conocerse a uno mismo puede traer problemas irreparables e irreconciliables. Mira, una vez me dije voy a conocerme, me presenté, me hablé y... no me respondí. No me caí nada bien!!

    Es que yo soy diferente y no me gusta juntarme con ese tipo de personas.

    A medida que el tiempo pasa, he aprendido a soportarme (aunque todavía no me hable) y a convivir bajo el mismo techo, en cada paso y en cada pensamiento. Creo que llegará el día en que por fin lleguemos a hacer de dos, uno y con ello, podamos guardar una mejor com-postura y meditemos.

    Bendiciones, eso sí de ambos.

    ResponderEliminar
  4. "Conócete a ti mismo", máxima que tiene mucho sentido.

    ResponderEliminar
  5. En esas ando, Joan Josep tratando de conocerme mejor. Tarea nada fácil, pero no imposible.
    Te dejo un cordial saludo desde un Berlín vestido de oscuridad y mucha lluvia.

    ResponderEliminar
  6. Uff, què difícil, conèixer-se un mateix! De vegades creiem haver-ho aconseguit i ens sorprenem amb unes reaccions que mai hauríem dit. Però sí, cal fer el treball, almenys, per intentar-ho.
    Una forta abraçada!

    ResponderEliminar
  7. Me has hecho pensar, como todos tus escritos, pero si es verdad pues lo esperimento: quiero ser algo que no soy, y nunca me puedo concentrar.
    ( sempre estic fent el vadoc), ho mi pensamiento hesta en otro sitió¿ como hago para conocerme mejor? una abraçada

    ResponderEliminar
  8. gracias por compartir y muchas gracias por visitarme...Silvina

    ResponderEliminar
  9. Me conozco. Soy una lucecita que apenas se ve pero... quema como si fuese grande.
    Si algo me gusta de los años, los que nos caen, es la aceptación de nuestros "harapos". Vestir, constantemente, de etiqueta, cansa lo suyo.
    Besos, silenciosos.

    ResponderEliminar