domingo, 22 de febrero de 2015

EL ESPÍRITU NOS EMPUJA


"En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía: "Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio."

El Espíritu empujó a Jesús al desierto. Marcos no nos cuenta las tentaciones que sufre. Sólo nos dice que fue tentado. Y nos indica que tras esa estancia, se dirige a Galilea a anunciar el Reino y proclamar la Palabra.
En Cuaresma, también el Espíritu nos empuja al desierto. No a un lugar físico, sino al desierto de nuestro interior. Donde se libran las batallas con nuestras sombras...pero donde también tenemos la ayuda de esas personas que nos acercan a Dios. Un desierto que es la vida de cada día, mirada con otros ojos. 
El Espíritu, como a Jesús, nos ayuda a descubrir el verdadero sentido del Reino. Y hace que resuenen en nuestro interior la llamada a la conversión y a luchar por conseguir ese Reino. Un Reino que tampoco es un lugar físico, sino una manera de vivir. Un Reino que es nuestra unión con Dios y con todos los hombres. Un Reino que es el Reino del Amor.
El Espíritu nos empuja y nos da fuerzas, para luchar por conseguirlo. Pero hemos de estar atentos a esa llamada. Debemos tener nuestro corazón abierto de par en par a esa llamada del Espíritu.

1 comentario:

  1. Muchas, gracias, debo dejarme guiar por el Espíritu de Dios, y abrirme a su gracia, gracias una vez más, feliz domingo.

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