miércoles, 30 de septiembre de 2015

LAS VOCACIONES Y LOS HUESOS DE EZEQUIEL


"Ciertamente la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por eso, pedidle al Dueño de la mies que mande obreros a recogerla."

Jesús envía a 72 discípulos a recorrer los pueblos anunciando la Palabra. Es consciente de que son pocos.  Si observamos el número de vocaciones actuales nos puede invadir el pesimismo. hay quien dice que ser religioso ya no tiene sentido. Para qué tener congregaciones dedicadas a la salud, si esto ya lo hace la Sanidad Pública. Para que tener escuelas si existe la Escuela Pública. Los jóvenes pueden pensar que no vale la pena hacerse religioso si pueden hacer lo mismo sin los inconvenientes de serlo. No me pondré a discutir ahora de que la escuela no es sólo para aprender, sino para educar y formar hombres y una escuela cristiana tiene derecho a existir y a ser concertada, porque los padres que envían allí sus hijos también pagan impuestos. No discutiré tampoco que la Sanidad, además de curar enfermedades ha de tomar al enfermo como un todo, como una persona y no como una enfermedad y que ahí tiene un lugar la pastoral sanitaria.
Creo que el problema de la falta de vocaciones es más profundo. Hemos perdido el Espíritu. Los religiosos somos muertos vivientes. A mi me gusta meditar Ezequiel 37, 1-14. Israel se encuentra en el destierro de Babilonia. Lo han perdido todo, son perseguidos.  Ezequiel tiene una visión. Se encuentra en un valle lleno de huesos. El Señor hace entrar su Espíritu en esos huesos , que se juntan y se recubren de nervios y de carne . El soplo del Espíritu les confiere vida y forman una multitud que podrá dejar el exilio y volver a su tierra.
Los religiosos debemos recobrar el Espíritu y volver a los niños, jóvenes y personas más necesitadas, a los que nunca debimos abandonar. El día que el Espíritu nos mueva, volveremos a tener vocaciones. Rezamos pidiendo a Dios buenas vocaciones. Debemos rezar también para que el Espíritu habite en nosotros y nos dé Vida.

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