viernes, 21 de abril de 2017

VENID A COMER

"Después de esto, Jesús se apareció otra vez a sus discípulos, a orillas del lago de Tiberíades. Sucedió de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, al que llamaban el Gemelo, Natanael, que era de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos de Jesús. Simón Pedro les dijo:
– Me voy a pescar.
Ellos contestaron:
– Nosotros también vamos contigo.
Fueron, pues, y subieron a una barca; pero aquella noche no pescaron nada. Cuando comenzaba a amanecer, Jesús se apareció en la orilla, pero los discípulos no sabían que fuera él. Jesús les preguntó:
– Muchachos, ¿no habéis pescado nada?
– Nada – le contestaron.
Jesús les dijo:
– Echad la red a la derecha de la barca y pescaréis.
Así lo hicieron, y luego no podían sacar la red por los muchos peces que habían cogido.  Entonces aquel discípulo a quien Jesús quería mucho le dijo a Pedro:
– ¡Es el Señor!
Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se lanzó al agua. Los otros discípulos llegaron a la playa con la barca, arrastrando la red llena de peces, pues estaban a cien metros escasos de la orilla. Al bajar a tierra encontraron un fuego encendido, con un pez encima, y pan. Jesús les dijo:
– Traed algunos peces de los que acabáis de sacar.
Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la playa la red llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, la red no se rompió. Jesús les dijo:
– Venid a comer.
Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían que era el Señor. Jesús se acercó, tomó en sus manos el pan y se lo dio; y lo mismo hizo con el pescado.
Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos después de haber resucitado."

El capítulo 21 del evangelio de San Juan, parece un añadido, ya que el 20 daba la sensación de ser el último. Es un texto muy rico y su comentario daría para escribir un libro. Nosotros nos fijaremos en algunos aspectos.
Este fragmento empieza en la noche. Símbolo de la oscuridad espiritual, dela falta de Fe. No pescan nada.
La pesca es otro símbolo. Es la misión de la comunidad. Sin Jesús, en la noche, es inútil.
Pedro, como líder, toma la iniciativa de ir a pescar. Los demás apóstoles, el texto cita a siete, que simboliza la totalidad, siguen tras él. Pero no pescan nada.
Al amanecer aparece Jesús, luz del mundo. Y siguiendo su consejo, la pesca es asombrosa. 
El discípulo amado es el que reconoce a Jesús. Sólo el amor nos permite reconocerlo y seguirlo. Sólo el amor nos hace sus verdaderos discípulos.
Y Jesús los invita a comer. Sus frutos se han de mezclar con los nuestros. Lo que nos une es la Eucaristía y esta es compartir. Todos lo reconocen, porque comparte el pan con ellos. Por eso no hace falta que nadie le pregunte quién es. Si nosotros sabemos compartir todo lo que tenemos en la vida, transparentaremos a Jesús. Esa es la mejor predicación. Decir:
- Venid a comer. 

1 comentario:

  1. Solo el amor nos hace sus verdaderos discípulos.. Quina veritat tan gran

    ResponderEliminar