"Como ateo, creo que África necesita a Dios"
El periodista ateo y experto en África Matthew Parris (que escribe en The Times desde 1988, fue diputado británico de 1979 a 1986 y en 2005 ganó el Premio Orwell de Periodismo), publicó el 27 de diciembre de 2008 un artículo que llama la atención: Poco antes de Navidad regresé, tras 45 años de ausencia, al país que conocí de niño como Nyasaland. Hoy es Malaui. Viajé allí con una pequeña ONG británica conocida como Pump Aid, que ayuda a comunidades rurales a instalar pozos sencillos para proporcionar agua limpia, para ver su trabajo.Este viaje, además de renovar mi fe en las organizaciones de ayuda al desarrollo, me refrescó otra creencia que he intentado en vano desterrar de mi vida, que siembra la confusión en mi ideología, se niega testarudamente a encajar en mi visión del mundo y ha dejado en mal lugar mi idea de que Dios no existe.Aunque soy un ateo convencido, tengo que reconocer la enorme contribución que el cristianismo realiza en África: totalmente distinta del mundo de las ONGs seculares, los proyectos gubernamentales y los esfuerzos de ayuda internacional. Todos los anteriores, por sí mismos, no bastan. En África, el cristianismo cambia los corazones de la gente y trae una transformación espiritual, un nuevo nacimiento y un cambio que es real.Hace años intenté evitar confrontarme con esta verdad limitándome a aplaudir el trabajo práctico de las misiones en África. Solía razonar así: es una pena que la salvación sea parte de esta labor, porque los cristianos —blancos y negros— que trabajan en África curan a los enfermos, ayudan a la gente a leer y escribir, y únicamente los laicistas más radicales podrían ver un hospital o una escuela de una misión y decir que el mundo sería un lugar mejor sin estas instituciones.En aquella época yo concedía que si la fe motivaba a los misioneros, muy bien; pero lo que contaba era la ayuda, no la fe. Pero me he dado cuenta de que esto no corresponde a la realidad. Teníamos amigos misioneros, y cuando yo era niño a menudo nos quedábamos con ellos en la aldea africana. En la ciudad, teníamos empleados africanos que se habían convertido y que eran unos grandes creyentes.Los cristianos siempre eran diferentes. Su fe, lejos de haberlos alienado, parecía haberlos relajado y liberado. Eran personas que tenían una vivacidad, una curiosidad, un compromiso con el mundo y una manera directa de tratar a los demás que parecían estar ausentes en la vida tradicional africana.Cuando tenía 24 años, un viaje largo por el continente me reafirmó en esta impresión. De Argelia a Níger, Nigeria, Camerún, República Centroafricana, Congo, Ruanda, Tanzania y Kenia. Viajé por tierra en un Land Rover con otros cuatro amigos estudiantes. Cada vez que entrábamos en un territorio donde había misioneros teníamos que reconocer que algo cambiaba en las caras de la gente que encontrábamos y con los que hablábamos: algo presente en sus ojos, la forma de acercarse a ti directamente, sin bajar la cabeza ni tener la mirada perdida.Esta vez en Malaui ocurrió lo mismo. No encontré a ningún misionero. Nadie se los encuentra en los salones de los hoteles de lujo discutiendo documentos de desarrollo estratégico, como ocurre con las grandes ONGs. Sin embargo, me di cuenta de que un puñado de los miembros africanos más activos de Pump Aid confesaban, en privado, ser personas de firmes convicciones cristianas. Digo “en privado”, porque la ONG es totalmente aconfesional y nunca dicen nada sobre la religión durante su trabajo en las aldeas. Pero recogí algunas referencias sobre el cristianismo durante nuestra conversación. Uno de ellos leía un libro devocional durante el viaje en coche. Otro, los domingos iba a la iglesia para acudir a celebraciones litúrgicas que duraban dos horas.Encajaría mejor en mi mentalidad pensar que la honradez, diligencia y optimismo que derrochaban en su trabajo no tenía conexión con su fe personal. Pero, aunque su trabajo era secular, estaba influido por lo que eran, y su ser estaba influido por una concepción del lugar del ser humano en el universo que les han enseñado los cristianos.La ansiedad, el miedo a los malos espíritus… penetra profundamente toda la estructura del pensamiento africano tradicional, donde un enorme peso cae sobre el individuo, sofocando su curiosidad y haciendo que la gente no tome la iniciativa y no lleve las riendas de su vida…El cristianismo, el de después de la reforma y de después de Lutero, con su enseñanza de un vínculo personal y directo entre el individuo y Dios, sin pasar por ninguna otra autoridad humana, rompe este marco filosófico-espiritual, y ofrece una base sobre la que apoyarse a los que quieren liberarse de la mentalidad tribal. Por eso el cristianismo libera.Los que quieren que África camine con la cabeza alta en el siglo XXI deberían pensar que los medios materiales, y lo que llamamos el desarrollo, no efectuarán el cambio por sí mismos. Primero, hay que suplantar todo un sistema de creencias. Un África sin cristianismo dejará el continente a merced de la nefasta fusión entre Nike, el hechicero, el teléfono móvil y el machete“.
Puede leerse aquí el original en inglés: http://www.timesonline.co.uk/tol/comment/columnists/matthew_parris/article5400568.ece
Gracias muchas gracias, la Fe Cristiana libera de muchos miedos y ansiedad a las personas que la poseen.
ResponderEliminarMagnífico artículo.
Una abraçada, Montserrat
¡Buenísimo artículo, Joan Josep!... y que gran noticia que alguien que se declara "ateo convencido" vea con tal claridad y exprese con rotundidad que el cristianismo libera. Esa es la "impresión" que estamos llamados a dar todos los cristianos: que se note la sonrisa en los labios, la profundidad en la mirada, la entrega generosa que sólo puede nacer de alguien apasionado por Cristo. Como dice un amigo, misionero keniata: "y es que Jesús nos "empapa" por dentro, como una lluvia fina que apenas vas notando pero cala hondo". Así sea. Un abrazo.
ResponderEliminarCuánta razón hay en este texto!!
ResponderEliminarGracias por publicarlo.
Una abraçada!
Hola Joan Josep si estoy de acuerdo es un diamante en bruto que hay que pulirlo, pero conservando sus cualidades, encaminando su espiritualidad, acia el lado positivo:para canviar su filosofia de vida.
ResponderEliminarPero la mayor parte del trabajo lo deven de hacer ellos, y al final se vera el resultado. una abraçada
JOAN JOSEP: Avans ja havia comentat.
ResponderEliminarJo tembé crec que la Fe Cristiana, ajuda molt a viurer i es Pacífica.
Per això Nostre Senyor ens digué "LA PAZ OS DEJO, MI PAZ OS DOY".
Una abraçada, Montserrat
"Un África sin cristianismo dejará el continente a merced de la nefasta fusión entre Nike, el hechicero, el teléfono móvil y el machete"
ResponderEliminar¡Uf!
Menos mal que siempre habrá al menos un samaritano con un poco de vino y aceite; y par de denarios con los que hacer esperar el regreso del Hombre
En el Amigo, Al + Mc
Interesante entrada la que has dejado. Indudablemnte que toda persona que cree realmente en Dios, tiene la capacidad de dar paz a todo aquel que lo necesita para salir adelante. Y África siendo un continente plagado de muchas carencias y necesidades, necesita no solamente de personas honestas, sino de buenos cristianos.
ResponderEliminarYo admiro a las personas que trabajan en OnG´s.
Te dejo un cordial saludo desde Berlín.
Me ha gustado el artículo y confirma lo que decimos muchas veces, de que el mejor ejemplo es el que damos con nuestra vida
ResponderEliminarUn abrazo en un día muy caluroso
El seguir a Cristo nos hace libre, rompe cadenas y ataduras. Lo único que nos pide es que compartamos lo que recibimos en gratuidad: AMOR.
ResponderEliminarQue pena que muchas personas vivan atadas a normas que atan y alejan del amor liberador que Cristo predicó.
Es bueno que ante tanta critica, también se vea lo positivo. Un abrazo
El ser una buena persona y ayudar a otros no es patrimonio de ninguna religión. Podemos apoyarnos unos a otros y cuidar a todos los seres vivos del planeta, sin necesidad de creer en seres mágicos de la edad de bronce. Sin la división que causa las creencias. No obstante en el mundo se puede observar que entre más ingorancia hay en un pueblo más religioso es.
ResponderEliminar