Alguien, con buena o mala voluntad, vaya usted a saber, ha destapado los secretos de la guerra de Afganistan...y con ellos los de cualquier guerra. Los errores que han pagado los civiles. Eso que se ha bautizado con el eufemismo de "efectos colaterales". Aquello que se debería llamar asesinato impune. La verdad es que en una guerra, con errores o sin, siempre son los civiles los que pagan, siempre son los seres humanos los que salen perdiendo.
Ante esos secretos desvelados del Pentágono, los primeros en estar en el punto de mira son los militares. Ciertamente son los que ejecutan materialmente los desastres. Un sacerdote castrense se quejaba amargamente, cuando los hechos del muro de Melilla (y nos quejábamos del de berlín, y nos quejamos del de Israel o del de USA con Méjico), que se quería convertir al ejército en una ONG. Cuando le contesté que ¡Ojalá! su mirada fue de juicio sumarísimo. Cuando veo a los soldados actuando en una catástrofe, es cuando les veo un sentido. Pero, claro, eso es transformarlos en bomberos o miembros de Protección Civil o de la Cruz Roja.
Sin embargo, siempre olvidamos que los militares son "unos mandaos". Por intereses petroleros los embarcaron en la guerra de Irak. Por vengarse tras el 11S y buscar a Bid Laden, están en Afganistan. Tras una guerra, cualquier guerra, siempre está la falta de diálogo, la incapacidad de afrontar las verdaderas soluciones y los intereses económicos de unos pocos.
Pero en el asunto de los errores ahora desvelados hay algo mucho más maligno. Los mismos talibanes, ayudados por los paquistaníes, engañaban los objetivos, para salvarse ellos y para, al morir inocentes, lanzar al pueblo afgano y a la opinión internacional contra los soldados de la OTAN. Eso es la más perversa manipulación de las personas. La deshumanización de sus propios hermanos. Eso es tratar la desgracia del otro de "efecto colateral". Pues bien, Cristo fue un "efecto colateral": "Es necesario que un hombre muera por el bien de todos..."dijo Caifás al Sanadrín. Hoy en día sigue habiendo muchos Cristos en nuestro mundo, y los seguirá habiendo, aunque no sepamos verlos...
JOAN JOSEP:
ResponderEliminarImpresionante esta reflexión.
Cierto es que ha habido y habrá muchos mártires y que ni siquiera nos enteraremos.
Una abraçada, Montserrat
He vist molts soldats israelians a Palestina. És el lloc on he vist més soldats junts. Hi són per obligació. Quan els veus et fan sentir ràbia perquè saps tot el que estan fent sofrir als civils, però fent un esforç acabes sentint també llàstima per ells, perquè són "unos mandaos", són allà perquè els obliguen a ser-hi. Fa uns dies buscava articles de musicoteràpia aplicada en context de violència política i vaig trobar un article bastant nou, escrit per uns professors d'una universitat israeliana. És publicat en una revista d'arts i psicoteràpia i és sobre musicoteràpia per a soldats amb post-trauma (sessions a base de tamborinades, "drumming"). S'havia de comprar, l'article. Primer vaig pensar que era una passada que publiquin això sense tenir en compte el trauma permanent dels civils de l'altra banda del mur... però després de reflexionar-hi i de deixar-me dur per la compassió envers soldats als quals havia vist i amb algun hi havia intercanviat alguna breu paraula, vaig decidir comprar l'article. Pels soldats, perquè també són víctimes de sistemes.
ResponderEliminarLa historia nos ha develado que no por conocer los detalles, el ser humano evita repetirlos, pero creo que más allá de la tragedia ha de saberse ver la postura de nuestra sociedad, una sociedad informatizada y en la que la información se mueve rapidamente. Lo que quiero decir es que la gota positiva es la labor de las personas que se implican en acercarnos a las realidades de los conflictos (periodistas por ejemplo), y que nos dan la realidad por encima de los ideales o de la vendida justicia. Sabemos lo que sucede, pero eso no es ninguna excusa. Gracias Joan josep.
ResponderEliminarEso es la escusa de los deviles, en los cuales me cuento, cuando pasa un daño colateral la rabia me imvade: pero-NO eso es el primer pensamiento.
ResponderEliminarEsque los ideales deverian de ser optenidos por la palabra:-pero eso de que dos no se pelean, si uno no quiere, no es verdad; ahunque puede mas el ojo por ojo, y diente por diente.
Me encuentro con mucha pena por el soldado, que no quiere ni deveria estar alli una abraçada
Hola, ola de mar.....
ResponderEliminarNo existen ya los daños colaterales. Eso significa que son inevitables, o que no son objetivos claro, o un " no sabia que", no había más remedio, etc..Teniendo en cuenta lo que los seres humanos llevamos por el mundo, y la guerras que han llevado a cabo, ya no existen los daños colaterales. Son daños directos, siempre, porque ya sabemos, por la memoria histórica que van a existir. Por lo que...son...directos, como dices, asesinatos impunes.., sólo que se inventan otro término para no decirlo, porque entonces, ambos bandos, son culpables y asesinos por igual.
Un beso,
del Aire
LA VIOLENCIA GENERA VIOLENCIA...Las guerras siempre traen desastres para todos y la realidad es que todos los que intervienen en ellas sufren las consecuencias de lo vivido el resto de su vida....
ResponderEliminarseré una ilusa pero jamás entenderé que tenga que existir ejércitos ni armas cuando debería existir el diálogo y la tolerancia...
un beso joan me encantó...tema complicado y sin embargo atroz
El peor enemigo del hombre , es el hombre...Donde debería primar la protección de la vida, prima el interés de todas clases...Unos pocos (pero aún demasiados Caifás...) consideran "efectos colaterales"...todo el sufrimiento que inflingen a sus hermanos, convirtiéndoles así en Cristos,unos visibles a través de las noticias, y otros en el anonimato impuesto por los que dominan los medios.Un abrazo.
ResponderEliminarCasi siempre son motivos económicos, la avaricia y seguir controlando mercados, lo que lleva a las guerras actuales. Las bajas de civiles es uno más de los males, luego vienen las hambrunas, las enfermedades debidas a la falta de higiene, etc.. y lo más que 'nos cabrea' es cuando dicen que lo hacen en nombre de la democracia y de Dios.
ResponderEliminarUn abrazo
Pablo
Joan Josep, creo que en el fondo ¡la inmensa mayoría no quiere la guerra!, ni siquiera los soldados. Muchos de ellos sufren verdaderos traumas psicológicos cuando tienen que enfrentarse con la barbarie -y ser ellos mismos los ejecutores de ella... o matan o les matan-. La gente lo que quiere es tener su hogar, su familia, su trabajo. Entendemos poco de política -o muy poquito-.
ResponderEliminarSin embargo, por el afán de poder de unos desalmados y los grupos terroristas que los apoyan, el mundo está siempre en guerra. Parece que les gusta jugar al ajedrez y mover las fichas a su antojo según sus intereses, la mayoría de las veces, económicos.
Es triste, pero la guerra siempre la sufrirán personas anónimas... ya sean "muertos", "desplazados" o "supervivientes".
Me queda la esperanza de que todas las personas que queremos vivir en paz seamos cada vez más capaces de defenderla con nuestras palabras y acciones.
Un abrazo.