jueves, 1 de julio de 2010

EL SILENCIO DE DIOS...


Es un tema recurrente en mi. Creo que lo es en todos los que buscan a Dios. Un día nos topamos con Dios...fue Él quien vino a nuestro encuentro. Nos enamoró y luego...nos dejó. Como el Amante del Cantar de los Cantares. Desde ese día, como la Amada, buscamos por todos los rincones, preguntamos a todos si lo han visto...A veces nos invade el miedo, como el niño que por unos momentos pierde de vista a su madre. Pero seguimos creyendo, aunque nuestra Fe sea simplemente una lucecita en la oscuridad, una lámpara de barro...No lo encontramos en un éxtasis como la primera vez. Ahora está ahí, a nuestro lado, en el sediento, en el hambriento, el desnudo y el solitario. En el que tiene sed y hambre de Amor...A veces, durante la oración, se deja ver un poquito. Pero siempre acaba diciéndonos lo mismo: "Búscame en el Otro".

Aquí os dejo esta preciosa oración del que fue gran teólogo Schillebeeckx


NO TENGÁIS MIEDO

¿Eres un Dios cercano
y no un Dios distante?
Verdaderamente
tú eres un Dios escondido.
¿O acaso nos ocultas tu rostro
para ver, así, cuál será nuestra suerte?

Sin embargo,
tú no te complaces en castigar
y afligir a los hombres.
Das respuesta
a los que no te preguntan;
vas al encuentro
de los que no te buscan;
dices "aquí estoy"
a quien no te invoca.
Y yo, ¿te busco en el vacío?

Oigo tu voz, Señor, que dice:
"Yo soy el Señor,
que digo lo que es justo
y proclamo lo que es recto".
Pero los desvalidos y los pobres
buscan agua y no la encuentran;
su lengua está reseca por la sed.
¿Cómo puedo esperar en silencio
tu llegada, Dios de mi salvación?

Acoge, Señor, a quien obra rectamente.
Entonces podremos decir todos:
Tú eres nuestro Dios,
tú haces libres a los hombres.
Tú has escuchado mi grito.
Tú te has acercado
y me has dicho: "¡No temas!
Mira, voy a hacer algo nuevo,
ya está brotando, ¿no lo notas?"

Creo, Señor,
pero ayúdame a tener más fe.
Soy un pobre ser, Señor,
¡enséñame a orar!


(E. Schillebeeckx)

12 comentarios:

  1. ENSEÑAME, A ORAR. ENSEÑAME, SEÑOR.

    JOAN JOSEP, HOTY ME HAS HECHO PENSAR, ES COMO SI EL SEÑOR A TRAVÉS DE TU BLOG, ME HUBIERA DICHO -MONTSE NO SEAS TAN EGOISTA, PIENSA MÁS EN LOS OTROS.

    ESTA TARDE ANTES DE IR A CÁRITAS. VOLVERÉ A LEER TU ENTRADA.

    GRACIAS, DE NUEVO, JOAN JOSEP.

    UNA ABRAÇADA, Montserrat

    ResponderEliminar
  2. Gracias amigo Juan poe estar en el blog felicitándone por mi cumpleaños, fue idea de la Sra. Marina Pastor, escritora y poeta en que nos une una buena amistad, y despues otros 3 blogs también me dedicaron su post. Tengo que agradecer las muestras de cariño de todos, los años es lo de menos, sois vosotros con vuestro apoyo que daías valor a lo que hago de apostolado.
    Has puesto una bonita oración, ne la llevo con tu permiso.
    Con ternura
    SDor.Cecilia

    ResponderEliminar
  3. Pues parece que no es solo en los espacios donde pasan cosas raras, acabo de mandar un comentario y me da que se ha perdido..., segundo inbtento

    Qué difícil resulta buscar a Dios en el vacío
    ¿Por qué hay épocas, momentos, situaciones... en los que me cuesta tanto encontrarlo, aunque lo intente ver en el Otro?
    Ultimamente cada vez repito más: "Maranathá, ven Señor Jesús"

    Gracias Joan, me ha venido muy bien en un momento de descanso

    Un abrazo, (esta vez me lo copio, ya no me fio...)

    ResponderEliminar
  4. Es verdad, Joan Josep... a veces Dios parece esconderse, y es en "los otros" donde hemos de reencontrarnos. Ese anhelo de Dios que nunca se colma...A veces en la oración un breve destello, otras en el silencio, pero siempre en los que necesitan de nosotros. Ahí está Dios desnudo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Desde hace unas dos semanas que voy en busca de Dios. Ruego por una amiga de colegio que se encuentra en coma. Es terrible no saber si recuperará la conciencia.
    Te dejo un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Me gustaria ser como vosotros as, pero creo que deve de haver diversidad en la viña del señor. una abraçada

    ResponderEliminar
  7. Hermano Joan
    Sabes perfectamente que Dios no se esconde
    Lo hacemos el/la hombre, desde el paraíso
    Lo sabemos, hermano Joan
    Sin embargo... nos escondemos
    Y dejamos a la vista muñones que den pena
    ¡digo, que den beneficios!
    ¡Ay, hermano Joan! ¡Qué difícil la humildad!
    ¡Qué difícil el sacrificio!
    ¡Qué fácil morir!
    Cuán deseable resucitar...

    ResponderEliminar
  8. Tengo muchos miedos y continuamente lo busco porque necesito sentirlo, necesito que me tienda su mano...
    Seguiré buscándolo

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  9. Vale , no sé si te ha llegado , o no, mi comen . Hoy, estas que lo pierdes.
    Te dejo otro beso y mañana vengo a ver si me has publicado el primero

    ResponderEliminar
  10. Que hermoso testimonio del Dios vivo, encontrarlo en el otro, que mundo mejor sería que al darnos al otro recibimos a Dios.Gracias.

    ResponderEliminar
  11. Cuando tendemos la mano a un necesitado...en su mirada agradecida , encontramos a Dios que nos sonrie y nos alienta a seguir buscándole en los demás.Un abrazo. " Y te vuelvo a decir que la música de tu blog es preciosa...aporta paz,y serenidad al espíritu."

    ResponderEliminar
  12. Preciosa oración.
    Y aunque hay que encontrarlo en el bullicio, en el hermano más necesitado, en el más alejado y también como decía Teresa de Jesús entre los pucheros, sigue siendo necesario buscarlo en el silencio, en nuestro interior, cosa cada vez más dificil en un mundo lleno de "ruidos".
    Besos y feliz y caluroso verano Joan

    ResponderEliminar