En aquel tiempo, decía Jesús a la gente: "Cuando veis subir una nube por el poniente, decís en seguida: "Chaparrón tenemos", y así sucede. Cuando sopla el sur decís: "Va a hacer bochorno", y lo hace. Hipócritas: si sabéis interpretar el aspecto de la tierra y del cielo, ¿Cómo no sabéis interpretar el tiempo presente? ¿Cómo no sabéis juzgar vosotros mismos lo que se debe hacer?
Cuando te diriges al tribunal con el que te pone pleito, haz lo posible por llegar a un acuerdo con él, mientras vais de camino; no sea que te arrastre ante el juez, y el juez te entregue al guardia, y el guardia te meta en la cárcel. Te digo que no saldrás de allí hasta que no pagues el último céntimo."
"El tema del Evangelio de hoy es el discernimiento. De ordinario, hemos de reconocer que nos cuesta discernir, porque vemos el rostro de la naturaleza, pero nos cuesta discernir la voluntad del Señor en ella. Por eso mismo, en medio de la realidad de conflictos y confrontaciones, una pauta para el discernimiento es la reconciliación. Frente a la poca apertura, Jesús considera la reconciliación como el camino, antes que la realidad irreversible del juicio. El tiempo de la espera es de testimonio, pero también de discernimiento y reconciliación. La realidad polarizada de nuestros pueblos en muchas ocasiones controlada por monopolios económicos, con afán de lucro, disfrazados de ideologías narcisistas y de falsos ideales políticos, dividen a las personas, olvidándose de luchar contra la injusticia y la opresión. La realidad es un lugar teológico para escuchar estas palabras de Jesús que nos invitan a discernir los signos de los tiempos y reconciliarnos con los hermanos como pauta para construir un mundo justo y en paz." (Koinonía)
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