En aquel tiempo, decía Jesús: "¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé? Se parece a un grano de mostaza que un hombre toma y siembra en su huerto; crece, se hace un arbusto y los pájaros anidan en sus ramas." Y añadió: "¿A qué compararé el reino de Dios? Se parece a la levadura que una mujer toma y mete en tres medidas de harina, hasta que todo fermenta."
Este evangelio nos dice claramente, que lo pequeño, lo sencillo, lo humilde, hecho con amor, produce frutos excelentes. La semilla es pequeña, la levadura también, pero la primera dará una gran planta y la segunda fermentará una gran masa. El Reino no es algo grandioso y espectacular, como nuestros reinos. Es un Reino de Amor, un Reino de lo pequeño y lo humilde.
"El eje central del evangelio de este día es la eficacia del reino, a pesar de ser poco visible. La comparación con el grano de mostaza, alude a la semilla que se entierra y al crecimiento asombroso al hacerse árbol. Una característica de la semilla es su vitalidad escondida inicialmente, pero al germinar-morir desarrolla todo su potencial de vida. En cuánto a la levadura, ésta era considerada elemento corrupto, hasta el punto de ser eliminaba en el hogar para no contaminar la fiesta de Pascua, que empezaba la semana de los ázimos. Jesús anuncia que esa levadura en ocasiones descartada, escondida y desapercibida hace crecer la masa. La misión no exige exhibicionismo sino humildad haciéndose solidario con el excluido, el enfermo y el pecador, ya que la “eficacia” del Reino no es “eficiencia” mundana. Estas comparaciones del Reino presentan la misión de Jesús, tímida, camuflada en los empobrecidos y descartado en la cruz, su presencia es generadora de vida para todos. ¿Percibes el reino de Dios en tu entorno?" (Koinonía)
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