domingo, 5 de diciembre de 2010

LA VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO


"En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. Decía:
- Arrepentíos, porque está llegando el Reino de los Cielos.
A él se refería el profeta Isaías cuando dijo:
- Voz del que grita  en el desierto: preparad el camino al Señor, allanad sus senderos.
Llevaba Juan un vestido de pelo de camello y una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Acudían a él de Jerusalén, de todo Judea y de toda la región del Jordán; ellos reconocían sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán.
Viendo que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
- ¡Raza de víboras! ¿Quién os ha enseñado a escapar del juicio inminiente? Dad frutos que prueben vuestra conversión y no creáis que basta con decir: "Somos descendientes de Abrahán." Ya está puesta  el hacha en la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé fruto va a ser cortado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis, pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de quitarle las sandalias. El os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Tiene en su mano el bieldo y va a aventar su parva; recogerá su trigo en el granero, y la paja la quemará con un fuego que no se apaga."

Juan Bautista es uno de los personajes del Adviento. Es él, quien viene a preparar los caminos al Señor. Este personaje austero, hace de puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Nos habla desde el desierto y su mensaje es claro: Si queremos recibir a Jesús nos hemos de convertir. Y ese mensaje es para todos los tiempos. A nosotros nos puede ocurrir como a los fariseos y los saduceos; creernos que los títulos, que nuestro carnet de identidad es un salvoconducto.
- Es que yo pertenezco a una familia católica de toda la vida.
- Yo pertenezco a una congregación religiosa llena de santos.
- Yo soy cardenal, presidente de un dicasterio importante...
Si no nos convertimos, nada de eso vale.
Juan Bautista es consciente de que él no es nada al lado de Jesús. Nos dice que su bautismo es distinto. Él bautiza con agua y Jesús bautizará con el Espíritu y fuego. Esta expresión suena algo terrible ya que Juan es profeta del A.T. Sin embargo ese fuego no es fuego de destrucción ni de condena. El Espíritu y su fuego no son si no el Amor. Esta lectura debe completarse con la primera lectura de hoy; este precioso texto de Isaías:

"Saldrá un renuevo del tronco de Jesé, un vástago brotará de sus raíces. Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de inteligencia y sabiduría, espíritu de consejo y valor; espíritu de conocimiento y temor del Señor. No juzgará por apariencias, ni sentenciará de oídas. Juzgará con justícia a los débiles, sentenciará a los sencillos con rectitud."

Seguir a Jesús, es convertirse en servidor de la paz y del amor. Es hacer triunfar la sencillez sobre el orgullo y la violencia. Seguir a Jesús, es luchar por ese mundo mejor, por la llegada del Reino, que nos anuncia Isaías:

"Habitará el lobo junto al cordero, la pantera se tumbará junto al cabrito, el ternero y el leoncillo pastarán juntos; un muchacho pequeño cuidará de ellos. La vaca vivirá con el oso, sus crías se acostarán juntas; el león comerá paja como el buey,el niño de pecho jugará junto al escondrijo de la serpiente, el recién destetado meterá la mano en la hura del áspid. Nadie causará ningún daño en todo mi monte santo, porque el país está lleno de lña ciencia del Señor como las aguas colman el mar..."

Ciertamente este Reino no es de este mundo, pero hemos de luchar para que empiece en él. "El Reino ya está aquí".
Esta figura de Juan Bautista, aparentemente bronca, lo que hace, es despertar nuestras conciencias adormecidas y recordarnos, que a Jesús se le sigue con toda la vida, no con palabras ni "pedigrees". Juan nos dice que Jesús nos llama a todos; que no hay privilegiados. Y si alguien tiene privilegios es el pobre, el humilde, el sencillo.
Si queremos recibir a Jesús en nuestras vidas, hemos de tomar la escoba de la conversión y barrer del camino las piedras del orgullo, de la violencia, del egoismo...  

6 comentarios:

  1. Si queremos recibir a Jesús en nuestras vidas, hemos de tomar la escoba de la conversión y barrer del camino las piedras del orgullo, de la violencia, del egoismo... Gran verdad Joan
    Fraternalmente,
    Claudio

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  2. Si queremos recibir a Jesús en nuestras vidas, hemos de tomar la escoba de la conversión y barrer del camino las piedras del orgullo, de la violencia, del egoismo...

    Este último párrafo tuyo me hizo recordar a un santo peruano del siglo XVII llamado San Martín de Porras de la orden los dominicos, primer santo negro de América; conocido como "El Santo de la escoba" porque la escoba es un símbolo de humildad.

    Te dejo un abrazo y te deseo un feliz domingo.

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  3. Els anys han acabat ara que va predi Daniel, i no es beu la llum encara del salvador d`Israel.
    Tu que saps lluny, ha muntanya prop les aigües del jordà, alla passa una cosa estranya: que ningú pot explicà. Hiha aparegut un profeta, que fa vida penitent, que deixa l`anima neta batejant amb el corren; i en mig de tanta impuresa perquè el cel ens cià obert: va predicant amb fermesa, la veu que clama en el desert.

    Corrent vens d`esgarrifança, damunt del poble jueu: i..un dagits, i una Esperança, palpiten ha dintre seu ( SAN COMPLERT LES PROFECIES)- i en qualsevol ocasió apareixerà el messies de la nostre redenciò, L`ODI LLUNY LA VISTA ENLAIRE, EL PAS DECIDIT I GREU ALÇANT LA MIRADA ENLAIRE, I EL COR VENT OBERT HA DEU . una abraçada

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  4. Leo y reflexiono.NO son solo palabras,es algo más fuerte que ellas.
    Besucos

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  5. ¿ Privilegiados los pobres?
    ¡¡¡ Dios ¡¡¡ encima de no comer, barriendo todo el día.
    ¿ Me aseguras que siendo pobre tenemos asegurado el paraiso?
    Pienso que así es el mundo y solo el que logra alejarse ( rico o pobre) de las miserias que nos limitan la libertad de los pensamientos, logra alcanzar la paz.
    Besos grandes

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  6. Pobre en el sentido del evangelio no es que no tiene que comer. Es el sencillo, el que no quiere acumular, el que sabe compartir. Naturalmente eso sule coincider con las personas que tienen muy pocas cosas y por eso conocen el valor de estar junto a los otros. un abrazo: Joan Josep

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