martes, 12 de marzo de 2013

EL HOMBRE ABANDONADO


"Algún tiempo después celebraban los judíos una fiesta, por lo que Jesús regresó a Jerusalén. En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque llamado en hebreo Betzatá. Tiene cinco pórticos, en los que, echados en el suelo, se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos.

Había entre ellos un hombre enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí tendido y supo del mucho tiempo que llevaba enfermo, le preguntó:
– ¿Quieres recobrar la salud?
El enfermo le contestó:
– Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Para cuando llego, ya se me ha adelantado otro.
Jesús le dijo:
– Levántate, recoge tu camilla y anda.
En aquel momento el hombre recobró la salud, recogió su camilla y echó a andar. Pero como era sábado, los judíos dijeron al que había sido sanado:
– Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla.
El hombre les contestó:
– El que me devolvió la salud me dijo: ‘Recoge tu camilla y anda.’
Ellos le preguntaron:
– ¿Quién es el que te dijo: ‘Recoge tu camilla y anda’?
Pero el hombre no sabía quién le había curado, porque Jesús había desaparecido entre la multitud. Después, en el templo, Jesús se encontró con él y le dijo:
– Mira, ahora que ya has recobrado la salud no vuelvas a pecar, no sea que te pase algo peor.
El hombre se fue y dijo a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud. Por eso los judíos perseguían a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado." 

Este paralítico es el modelo del hombre abandonado. Es incapaz de moverse y no tiene a nadie que le ayude. Está solo. Jesús no le pregunta por su fe ni por su religiosidad.   El paralítico no le pide a Jesús que lo cure. NI siquiere sabe quién es ese hombre que se interesa por él. Simplemente le presenta su caso. Lleva treinta y ocho años paralítico y solo. Jesús lo cura, no mediante el agua de la piscina, sino por la fuerza de su Palabra, mostrando la bondad del Padre.
Sin embargo, lo que debería haber sido motivo de admiración, se transforma en escándalo. Han dejado solo y abandonado a aquel paralítico durante treinta y ocho años y ahora se escandalizan de que cargue con su camilla en sábado, en vez de admirarse porque anda.   No saben ver el "signo" de Jesús. Tan sólo ven que ha quebrantado la ley una vez más, curando en sábado.
A lo largo de la historia podemos encontrar también, el escándalo de los puros que no quieren ver la bondad de los que se manchan de barro para mostrar la misericordia del Padre a los abandonados. Pero la idea de pecado de Jesús, es diferente de la de los que se creen perfectos. Cuando Jesús le pide que no peque más, no se refiere a que debe seguir la ley del sábado. A lo largo del evangelio Jesús nos ha enseñado muchas veces cuál es el verdadero pecado: no dar de comer al hambriento, no vestir al desnudo...Jesús le está pidiendo que no haga con los demás lo que ellos han hecho con él: abandonar al necesitado.
Si a nuestro lado hay algún "paralítico", quizá es porque no le hemos ayudado a andar. Antes de criticar al que no se mueve, miremos por qué nosotros no lo ayudamos a moverse. Si a nuestro lado sigue habiendo gente sola, hambrienta, desnuda, sin casa...Es que nosotros somos los paralíticos.

2 comentarios:

  1. No es de estrañar lo mismo pasa hoy en dia,politifican todo lo que va contra la ley;y no se fijan lo justo ho lo injusto.
    No somos esclabos de la ley,ni sus sirvientes:es la ley que tiene que servirnos ha nosotrossi no nos sirve: no nos bale se tiene que cambiar,por eso somo inteligentes y libres¨eso de libres e un decir,estamos en manos de los maestros.Una abraçada

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  2. Bona nit joian josep.
    Es per meditar be aquest Evangeli.
    Hi ha tanta gent avui día sense vivenda, sense les necessitats primordials.
    I el que es pitxor sense valors espirituals.
    Una abraçada, Montserrat

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