jueves, 8 de junio de 2017

JESÚCRISTO, GRAN SACERDOTE


"Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa. Él les dijo:
– ¡Cuánto he deseado celebrar con vosotros esta cena de Pascua antes de mi muerte! Porque os digo que no volveré a celebrarla hasta que se cumpla en el reino de Dios.
Entonces tomó en sus manos una copa, y habiendo dado gracias a Dios dijo:
– Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.
Después tomó el pan en sus manos, y habiendo dado gracias a Dios lo partió y se lo dio a ellos, diciendo:
– Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor vuestro. Haced esto en memoria de mí.
Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo:
– Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre, la cual es derramada en favor vuestro."

El evangelio de la festividad de hoy, nos presenta a Jesús instituyendo la Eucaristía en la Última Cena. El sacerdocio de Jesús es un sacerdocio diferente al habitual. En su tiempo, los sacerdotes, ofrecían víctimas a Dios. Jesús es a la vez oficiante y víctima. Y con su entrega nos hace a todos sacerdotes, pueblo sacerdotal. Si somos sus seguidores, también nosotros debemos ofrecer nuestras vidas a Dios, entregándolas a los hombres.
Jesús nos pide que hagamos los mismo que Él hizo, en su memoria. No sólo recordar en la misa su entrega, sino también entregándonos nosotros, como Él se entregó por todos los hombres.



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