sábado, 21 de octubre de 2017

JESÚS Y EL ESPÍRITU EN NUESTRA VIDA


"Os digo que si alguien se declara a favor mío delante de los hombres, también el Hijo del hombre se declarará a favor suyo delante de los ángeles de Dios; pero el que me niegue delante de los hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. 
Dios perdonará incluso a aquel que diga algo contra el Hijo del hombre, pero no perdonará al que con sus palabras ofenda al Espíritu Santo. 
Cuando os lleven a las sinagogas o ante los jueces y las autoridades, no os preocupéis por cómo tenéis que defenderos o qué tenéis que decir; porque en el momento en que hayáis de hablar, el Espíritu Santo os enseñará lo que habéis de decir."

Jesús nos pide que le confesemos. Es decir que seamos testimonios de Él y de su Buena Nueva. Y esto se hace, sobre todo, con nuestra vida. Una vida que se asemeje a la suya, que lo transparente. Confesarnos cristianos y luego, ser corruptos, egoístas, insolidarios...es negarlo.
El Espíritu Santo es el Espíritu de Amor. Hablar o actuar contra el amor, es el pecado imperdonable contra el Espíritu.
Por eso debemos preguntarnos si nuestra vida es una vida que busca asemejarse a Jesús, si es una vida que busca amar por encima de todo; porque en caso contrario estamos negando a Jesús, porque estamos apartando de Él a los demás.
Si el amor reina en nuestra vida, nuestras palabras serán sin duda la Palabra. 

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