miércoles, 4 de octubre de 2017

SEGUIDORES


"Mientras iban de camino, un hombre dijo a Jesús:
– Señor, deseo seguirte adondequiera que vayas.
Jesús le contestó:
– Las zorras tienen cuevas y las aves nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza.
Jesús dijo a otro:
– Sígueme.
Pero él respondió:
– Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.
Jesús le contestó:
– Deja que los muertos entierren a sus muertos. Tú ve y anuncia el reino de Dios.
Otro le dijo:
– Señor, quiero seguirte, pero deja que primero me despida de los míos.
Jesús le contestó:
– El que pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás, no sirve para el reino de Dios."

El texto de hoy nos puede parecer muy duro. ¿Es que Jesús quiere que no tengamos casa, ni familia, ni nada? Jesús quiere seguidores que no miren atrás, a lo que dejan. Seguidores que miremos solamente al amor, la fuerza que nos ha de impulsar. Seguidores que intentemos vivir como lo hizo Jesús.
Hoy es la festividad de San Francisco de Asís, un perfecto seguidor de Jesús. Quizá quien mejor ha sabido hacerlo. Esto es lo que dice Koinonia (Servicio Bíblico Latinoamericano), de San Francisco:
"¡Alabado sea mi Señor por todo lo creado! Estas palabras de júbilo y alabanza brotaron de los labios de un joven caballero, rey de la juventud de Asís, que abandonó todo ostento y vanagloria por seguir a su enamorada la dama pobreza… Efectivamente, Francisco, cuya fiesta celebramos hoy. Este hombre junto con otros jóvenes fue capaz de revolucionar el mundo de entonces, de plantear profundos cambios a una Iglesia que se derrumbaba por su pérdida de horizonte. A él sí que le vienen las palabras del evangelio de hoy: lo dejó todo, familia, riqueza, comodidad, fama, futuro prometedor por querer vivir el evangelio “sin glosas” sin acomodos ni domesticaciones. Qué desafío para nosotros hoy… cuando parece que hemos perdido la pasión por el Reino, el desprendimiento de ataduras que impiden vivir a plenitud el evangelio del Nazareno. Necesitamos un rostro de Iglesia renovado, rejuvenecido que devuelva el sabor la vida y la esperanza a los afligidos y empobrecidos. Oremos por nosotros, por todos los que quieren vivir el evangelio como Francisco."  

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