sábado, 23 de octubre de 2021

CONVERTIRSE CADA DÍA

 


En aquella ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les contestó: "¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera."
Y les dijo esta parábola: "Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?" Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas.""

La conversión no es cosa de un momento. Cada día debemos leer los acontecimientos, analizar nuestra ida, para adecuarnos a la Palabra de Dios.
Por su parte, Jesús, nos cuida con su paciencia y su amor. Cava a nuestro alrededor, nos abona...Si somos conscientes, daremos fruto.

"En este día, Lucas exhorta a la conversión. Cuenta el relato que Pilatos mezcla la sangre de unos galileos con sangre de animales ofrecidos en sacrificio. Jesús aprovecha lo que escucha para abordar el tema de la pureza legal y la responsabilidad sobre la vida misma y la de los demás. Otro hecho que aparece, es la muerte de los habitantes de Siloé. La exhortación que hace Jesús es descubrir en los acontecimientos donde se refleja el mal que destruye la vida. Invitados a discernir cual es la levadura que mueve nuestra vida, si es la que se legitima con el miedo o la del Reino que nos transforma por medio de una confianza filial. La higuera que se deja por un año, es la figura de la misericordia de Dios. Mientras dura ese hoy tenemos la oportunidad de recibir el amor de Dios y descubrir la raíz de nuestro mal. ¿De qué manera abonas tu vida misionera?" (Koinonía)

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