lunes, 17 de noviembre de 2025

SABER VER

 


Se encontraba Jesús ya cerca de Jericó. Un ciego que estaba sentado junto al camino, pidiendo limosna, al oir que pasaba mucha gente preguntó qué sucedía. Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí, y él gritó:
– ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Los que iban delante le reprendían para que se callase, pero él gritaba todavía más:
– ¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca le preguntó:
– ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego contestó:
– Señor, quiero recobrar la vista.
Jesús le dijo:
– ¡Recóbrala! Por tu fe has sido sanado.
En aquel mismo momento recobró el ciego la vista, y siguió a Jesús alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto alababa también a Dios.
(Lc 18,35-43)

Si tenemos Fe como el ciego, Jesús nos hará ver. Ver como Él. Saber ver a quien nos necesita. Saber ver al pobre, al perseguido, al enfermos. Saber ver al que necesita Amor. Esta es la vista que necesitamos. La misma vista que tenía Jesús.

"Para los cristianos el modelo perfecto de adaptación es Jesucristo, que, en su encarnación, se ha adaptado a nuestras condiciones del espacio y el tiempo, pero para traer a este mundo cambiante los valores perennes del amor de Dios, que se traduce en acciones que siempre están de actualidad: acercarse a los marginados (y todos los somos por el pecado), escuchar los gritos de los que claman por la salvación, dar testimonio dando la luz del Evangelio, de manera que, como el ciego sentado al borde del camino, nos pongamos en pie y caminemos siguiendo a Jesús."
(José María Vegas cmf, Ciudad Redonda)

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