En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa". Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios". Cuando entréis en un pueblo y no os reciban, salid a la plaza y decid: "Hasta el polvo de vuestro pueblo, que se nos ha pegado a los pies, nos lo sacudimos sobre vosotros. De todos modos, sabed que está cerca el reino de Dios." Os digo que aquel día será más llevadero para Sodoma que para ese pueblo."
"El Evangelio es una invitación a releer la memoria que da razón de ser a la Iglesia: el estilo y la praxis misionera de Jesús de Nazaret, que retan a abrir fronteras de todo tipo, a buscar caminos; a conocer las periferias humanas; a seguir inspirando procesos y transformaciones que rehabiliten el espíritu de la humanidad. Un doble desafío se desprende de la memoria misionera que hace comunidad de discípulos y discípulas hoy. El primero, impulsar procesos de diálogo y conversión pastoral como una forma de buscar nuevos modos de participación y celebración eclesial donde todos y todas se sientan responsables de la vida y misión de la iglesia. El segundo, propiciar por todos los medios posibles, la generación de espacios de discernimiento colectivo en el que se renueve, a la luz de Espíritu, la opción por la vida, reconciliación y paz como pueblo de Dios, Iglesia de los Pobres. El horizonte de sentido es claro: “el camino sinodal es el camino que Dios se espera de la iglesia del tercer milenio” (Papa Francisco)." (Koinonía)
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