"Estas recomendaciones que menciona Jesús, son sus últimas advertencias, invitando a la comunidad a estar atentos. Con esta exhortación, concluimos nuestro año litúrgico y, comenzaremos nuestro adviento donde la consigan será la misma: “estad siempre despiertos”. Estar atentos, despiertos, vigilantes, para cada ocasión en la vida no es fácil. Nuestra vida moderna nos presenta varias preocupaciones: pobreza, violencia, guerras, desplazamientos humanos, desaparecidos, drogas, vicios, incomunicación y un largo etc. Ante estos problemas, la comunidad puede sentir la ausencia total de Dios. Podemos sentirnos huérfanos, abandonados, sin encontrar sentido a la vida. En este contexto no es raro que los vicios, la embriaguez y las mil preocupaciones nos roben la paz interior. Por eso debemos acercarnos a Jesús para que nos enseñe (muy de madrugada) a vivir como hijos, cuidando a la madre tierra, y descubriéndolo en las personas que sufren, mientras esperamos ansiosamente la liberación. ¿Están los vicios destruyendo tu relación con Dios? ¿Estás atento a Dios que se hace presente en lo cotidiano de tu vida?" (Koinonía)
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