jueves, 31 de marzo de 2022

EL PADRE ES EL TESTIMONIO DE JESÚS

 


En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad. No es que yo dependa del testimonio de un hombre; si digo esto es para que vosotros os salvéis. Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis.
Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis; si otro viene en nombre propio, a ése sí lo recibiréis. ¿Cómo podréis creer vosotros, que aceptáis gloria unos de otros y no buscáis la gloria que viene del único Dios? No penséis que yo os voy a acusar ante el Padre, hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza. Si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero, si no dais fe a sus escritos, ¿Cómo daréis fe a mis palabras?"

En los evangelios que leemos estos días, vemos a Jesús incomprendido por los judíos. En el evangelio de Juan "judíos" son los fariseos, doctores de la ley, escribas. La gente que creía dominar la religión. Pero son los sencillos, aunque fueses pecadores los que entendieron de verdad a Jesús, los que lo aceptaron. Quizá hoy sigue ocurriendo lo mismo. Para entender a Jesús, para seguirlo de verdad, hay que tener mirada de niño. Hay que ser sencillo. Sólo así comprenderemos su Palabra.
 
"Quien tiene fe se abandona; quien no cree necesita pruebas y testigos. La misión que Jesús realiza está atestiguada por dos grandes fuerzas: la providencia del Padre y la Palabra que él encarna. Pero no todos le creen; sólo la gente más sencilla y humilde de corazón. La incredulidad será descrita en el evangelio como terquedad y necedad: un pueblo testarudo requiere ver y tocar “dioses” de metal (becerros de oro). Igualmente, en nuestro camino de discipulado, llegamos a desconfiar de Dios cuando no satisface nuestras necesidades y sueños. Hemos de agudizar los sentidos para percibir su presencia en los gestos de amor y solidaridad que brotan de la misma gente marginada; aun viviendo en la miseria son capaces de caminar en esperanza. Pidamos a Dios por quienes se organizan para luchar por la defensa de la vida, la justicia y la verdad. Necesitamos del testimonio de personas como San Romero de América, dispuestas a dar la vida. ¿Estás dejando a Dios actuar en ti? ¡Sé testigo de la fe!" (Koinonía)

1 comentario:

  1. "Quien tiene fe se abandona, no necesita pruebas ni testigos". La vida cristiana, la vida religiosa, en su esencia es esto: tener esta fe en el Señor, que es confianza ilimitada como la del niño en el regazo de la madre o del padre. Y andar por estos mundos donde Dios nos envía, confiando en él, en que la semilla dará fruto, en que los hombres son amados y queridos por él y por lo tanto no los abandona como a nosotros tampoco.

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