viernes, 4 de marzo de 2022

EL VERDADERO AYUNO




 En aquel tiempo, se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: "¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?" Jesús les dijo: "¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán."

Ayer veíamos lo que Jesús consideraba ayuno y penitencia. Hoy, la primera lectura de Isaías, nos indica que el verdadero ayuno es hacer justicia. No es la tristeza y el sufrimiento los que nos acercan a Dios, sino la entrega a los demás.

"Las tendencias negativas propias de nuestra condición humana distorsionan el sentido de nuestra práctica religiosa, incluso llegando a pervertirla, convirtiéndola en actos egoístas, es decir, anteponiendo el interés propio, lo que suele acarrear un perjuicio hacia quienes nos rodean. Esto puede suceder con el ayuno y las otras prácticas cuaresmales: si éstas no se orientan a socorrer las carencias y necesidades de los empobrecidos sino a hinchar el propio ego religioso y la propia estima o vanidad, no sirven de nada. Sirven para tranquilizar nuestra conciencia como cumplidores de preceptos, pero nos alejan de la justicia y del derecho en favor del prójimo. Estas prácticas no dependen de lo que los otros hagan o dejen de hacer; son opciones que deben estar orientadas a acercarnos al hambre, al sufrimiento, al dolor, para vencer el orgullo y la autosuficiencia. La Cuaresma puede perder su norte, y el resultado serán “cristianos tristes”, incapacitados para saborear la cercanía y alegría de Dios. ¿De qué crees que necesitas limitarte para liberarte? ¡Sé solidario!" (Koinonía)  

No hay comentarios:

Publicar un comentario