lunes, 21 de marzo de 2022

UN DIOS DE TODOS




 En aquel tiempo, dijo Jesús al pueblo en la sinagoga de Nazaret: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio."
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.


Jesús nos dice que el Padre lo es de todos. No podemos apropiarnos de Él y hacerlo exclusivo. Además debemos estar atentos a los profetas, a aquellos que nos muestran la voluntad de Dios. Están junto a nosotros, pero los juzgamos humanamente y no sabemos verlos; como no supieron ver a Jesús sus coetáneos. 

"Dios nos sorprende con sus insospechados y novedosos caminos de Salvación (salud integral) poniendo en evidencia los prejuicios que nos habitan y que son un gravísimo obstáculo para que la gracia actúe. Las dudas que nos asaltan son tan sutiles y arraigadas que ni las experiencias de quienes viven ya esta Salvación son suficientes para convencernos, y nos incapacitamos para reconocer la fuerza liberadora siempre presente, que no necesita vernos “muertos” para comenzar a actuar. En los textos de hoy podemos percibir prejuicios étnicos, sociales, culturales y religiosos, que no son un problema resultante de la fe sino más bien fruto de la desconfianza propia de nuestra condición humana, que construye muros reales e imaginarios, llevándonos a despreciar y rechazar a quien no tiene nuestra misma condición racial, social o religiosa. La xenofobia, la aporofobia (rechazo a los pobres), en su más puro extremismo, atentan contra la vida y la dignidad de las personas que consideramos “peligrosas”. Jesús se distancia de la esterilidad para no distraerse de lo esencial: “salvar lo humano”." (Koinonía)

1 comentario:

  1. La xenofobia, la aporofobia (rechazo a los pobres), en su más puro extremismo, atentan contra la vida y la dignidad de las personas que consideramos “peligrosas”. Jesús se distancia de la esterilidad para no distraerse de lo esencial: “salvar lo humano”." (Koinonía)

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