miércoles, 23 de marzo de 2022

LLENAR LA LEY DE AMOR

 


En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos."

Dar plenitud a la ley significa llenarla de Amor. No se trata de ser legalista, sino de cumplirla amando a los demás. La persona está sobre la ley y esta a su servicio. No olvidemos que Jesús la resumió en amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

"La Buena Nueva del Evangelio no prescinde de los valores adquiridos por el Pueblo a través de sus procesos de dignificación y reivindicación de sus derechos. Las luchas que se libran en América Latina buscando verdadera justicia son incontables. La historia de los defensores y defensoras es un tesoro invaluable que debemos agradecer y respaldar. Jesús, consciente de que su misión había sido precedida por el Padre, que desde siempre ha acompañado al Pueblo en sus anhelos de liberación, no hace más que continuar este camino. El problema lo encontró en la tergiversación de leyes oficiales, convertidas en instrumento de marginación y opresión, no de liberación. Si Jesús afirma la vigencia de la Ley, es de aquella que ponga límite a los abusadores y explotadores. Jesús se dará a la tarea de devolver el verdadero sentido a normas de convivencia social y religiosa. La ley está hecha para liberar y humanizar no para esclavizar y oprimir. Agradezcamos esas pequeñas “victorias” que logran quienes luchan por la vida. ¡Sé una persona justa!" (Koinonía)

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