martes, 6 de septiembre de 2022

ORAR Y ACTUAR

 


Por entonces subió Jesús a la montaña a orar y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró apóstoles: Simón, al que puso el nombre de Pedro; y Andrés, su hermano; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago Alfeo, Simón apodado el Zelotes, Judas el de Santiago y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Venían a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; los atormentados por espíritus inmundos quedaban curados, y la gente trataba de tocarlo, porque salía de él una fuerza que los curaba a todos.

La lección de Jesús es clara: debemos orar y actuar. Una oración que no nos lleve al servicio, es un mero mirarse el ombligo. Una acción que no es consecuencia de una oración, de una meditación, es mero activismo. Me contaba el Hno. Adriano, que dedicó su vida al apostolado en el Raval, que educadores de calle muy buenos, a los pocos años lo dejaban, porque decías que se habían "quemado". Y es que el servicio, se nos hace insoportable, sino está sostenido por ratos de oración y meditación.

"Jesús invita a descubrir lo vital de la oración perseverante y prolongada. Lucas insiste en esta dimensión que sostiene a Jesús al momento de tomar sabias decisiones. Él pasaba muchas horas anunciando el Reino y curando a los enfermos. Sin embargo, sabía que para esas actividades debía retirarse para “conectarse” a la fuente de vitalidad: su Padre. Para no quedar vacíos, sin nada que ofrecer, tenemos que saber retirarnos como Jesús y alimentarnos de la fuerza de Dios también presente en el silencio interior. Necesitamos fomentar una espiritualidad que haga de todas nuestras actividades fuente y no desgaste. Una vida orante que nos transforme en verdaderos discípulos y misioneros. En el silencio orante el Espíritu nos instruirá y guiará en la forma en la que debemos asumir nuestra vida. A la elección y misión de los Doce Jesús se prepara con la oración, para no hacerla a su manera sino según Dios. ¿Qué espacio aseguras para el encuentro con Dios? ¡Ora para tomar sabias decisiones! " (Koinonía)

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