lunes, 19 de septiembre de 2022

SER LUZ

 



En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: "Nadie enciende un candil y lo tapa con una vasija o lo mete debajo de la cama; lo pone en el candelero para que los que entran tengan luz. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse, nada secreto que no llegue a saberse o a hacerse público. A ver si me escucháis bien: al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener".

La Fe es luz. La luz no tiene sentido si no ilumina, si la ocultamos. Lo mismo ocurre con la Fe. No es para guardárnosla para nosotros, para vivila únicamente en la intimidad. Es para mostrarla. Y la luz de la Fe verdadera es el Amor. Ser luz es amar. 

"Nosotros somos comparados con lámparas, capaces de iluminar a con nuestras palabras y gestos a quienes nos rodean. Una persona discípula-misionera que no ilumina es como una vela cubierta por una vasija que sólo está de adorno. Hoy son muchas las luces artificiales que iluminan nuestros ojos; irónicamente, en lugar de ayudarnos a ver con claridad nos nublan el horizonte; esas luces engañosas ejercen sobre nosotros una fuerza hipnotizadora que nos hace dependientes y consumistas, con poco sentido crítico y sin libertad para tomar nuestras propias decisiones. Dentro y no fuera de nosotros está la luz que Dios irradia; sólo tenemos que dejarla salir para convertirnos precisamente en esa lámpara que ilumina a todos los de la casa. San Antonio María Claret decía: “Tengo que ser como la vela; da luz y calor hasta que se consume”. Hemos escuchado «al que tiene se le dará más» y no en sentido material, sino en capacidad de enfrentar toda adversidad con fortaleza. ¿Qué haces para iluminar las vidas que te rodean? " (Koinonía)

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