miércoles, 28 de septiembre de 2022

SEGUIR A JESÚS

 

En aquel tiempo, mientras iban de camino Jesús y sus discípulos, le dijo uno: "Te seguiré adonde vayas." Jesús le respondió: "Las zorras tienen madriguera, y los pájaros nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza."
A otro le dijo: "Sígueme." Él respondió: "Déjame primero ir a enterrar a mi padre." Le contestó: "Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el reino de Dios."
Otro le dijo: "Te seguiré, Señor. Pero déjame primero despedirme de mi familia." Jesús le contestó: "El que echa mano al arado y sigue mirando atrás no vale para el reino de Dios."

Seguir a Jesús supone dejarlo todo. No podemos anteponer nada a Él. Es confiar plenamente en Él. Dejarse arropar en sus brazos. Aceptar su voluntad. Esto no es fácil; pero Él está con nosotros, nos ayuda y comprende nuestras debilidades.

"El camino a Jerusalén también comprende enseñanzas dirigidas a los discípulos. Estas instrucciones los preparan para la misión que han de continuar después de la Resurrección. Es una especie de itinerario que deben seguir las comunidades discipulares: han de ser solidarias con los desposeídos que no tienen donde vivir; el primer y mayor compromiso es con la vida vulnerada; vivir la libertad y disponibilidad sin apegos exclusivistas; siempre con esperanza y sin acobardarse. Jesús nos invita a reflexionar sobre la seriedad del camino que emprendemos cuando deseamos seguirlo de corazón. Dar testimonio de tu fe y de tu seguimiento de Jesús significa organizarte comunitariamente, salir a marchas para denunciar injusticias, defender la vida de los migrantes, de los desaparecidos, de las mujeres, del planeta, etc. No reduzcas tu vida cristiana a visitas dominicales porque has de ser testigo de Jesús con tu vida, donde quiera que vayas y en aquello que realizas. Recuerda que por el Bautismo estás invitado a ser profeta, es decir, vocero de Dios. ¡No te desanimes! " (Koinonía)

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