domingo, 19 de junio de 2011

EL REGALO...


"Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo.
El que cree en el Hijo de Dios no está condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado por no creer en el Hijo único de Dios."

El evangelio de hoy es un fragmento de la conversación nocturna de Jesús con Nicodemo. Las tres lecturas de hoy nos hablan del Amor de Dios. En la primera, en el monte Sinaí, Dios dice a Moisés: "Yo soy el Señor, Dios compasivo y benigno, lento para castigar, fiel en el amor." Pablo, en la segunda carta a los Corintios, nos dice: "Hermanos, estad contentos, animaos, vivid en paz, y el Dios del amor y de la paz permanecerá en vosotros."
El evangelio nos habla de un regalo: Jesús. Enviado al mundo para salvarlo, no para condenarlo. Hay muchas personas a las que no les gusta este concepto de salvación. Exclaman: ¿De qué me han de salvar a mi? Luego protestarán de las injusticias en este mundo, de la maldad, de los opresores...Pues precisamente de eso vine a salvarnos Jesús: de nuestros egoísmos.
Si creemos en Él seremos salvados. Este fragmento lo hemos utilizado erróneamente demasiadas veces, condenando a los que no son de los nuestros. Fuera de la Iglesia no hay salvación, se decía hasta no hace mucho. Y es que olvidamos con frecuencia que Jesús no es una ideología, una doctrina, unos dogmas...Jesús es el hermano hambriento, sediento, desnudo, caído bajo la tiranía y los abusos de la sociedad. El Jesús que grita: "Padre, por qué me has abandonado." El Jesús que perdona antes de morir. Por eso todo aquel que sabe amar, que da su vida por los otros...es el que se salva. Porque estos son los que creen en Él, aunque no lo conozcan y aunque rechacen esa falsa imagen que, a veces, nosotros les mostramos diciéndoles que es Jesús. Aceptar a Jesús es aceptar a nuestros hermanos.
Hoy leemos estas tres lecturas porque la Trinidad es una historia de amor. Ciertamente es un misterio y como cuenta la leyenda que le dijo aquel niño a Agustín, antes llenaremos un pozo en la arena con las aguas del mar, que logremos entender ese misterio. Agustín no hizo mucho caso, porque escribió un tratado sobre la Trinidad. Pero también dejó una imagen sencilla y bella de la Trinidad: El Padre es el Amante, el Hijo es el Amado y el Espíritu es el Amor. Y nosotros, por la Encarnación, somos hijos en el Hijo. Formamos parte de esa historia de amor.
Por eso nuestra tarea en este mundo es ser testimonios de este Amor. Ser cristiano es luchar por hacer de este mundo un mundo mejor. Un mundo fraterno, solidario, de paz. Hacer que el Reino ya comience aquí. Somos débiles y frágiles. No se nos piden milagros. Solamente que intentemos amar...  

4 comentarios:

  1. Bon diumenge.

    Gracies Joan Josep, per aquest post i per aquest video.
    Jesús es manifesta amb totes les criature, sobretot amb els més necesitats, jo ho comprenc aix.
    Ahir a Misa, mes o menys, el rector en va fer una platica semblan, també ens parlá de S. Agustí.
    Una abraçada, Montserrat

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  2. Espero que tus enfermos estén un poco mejor y tengas tiempo para descansar. Gloria om Un beso

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  3. Vaya, por fin he dejado de ser anónimo

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  4. Tengo un libro de hace muchos años "Cartas de Nicodemo" que me gustó mucho en su día y es posible que lo vuelva a leer, los comentarios sobre el Evangelio de ayer me lo han recordado.
    Me gusta mucho la última parte de tu post: "Formamos parte de esa historia de Amor. Por eso nuestra tarea es..."
    Creo que me va a servir para un rato de oración

    Me uno a los deseos de Gloria, un abrazo y feliz semana

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