martes, 7 de abril de 2015

POR NUESTRO NOMBRE


"Entonces Jesús la llamó por su nombre: ¡María!" (Jn 20,16)

María Magdalena llora junto al sepulcro porque Jesús no está. Pero a su espalda Él está y la llama por su nombre. Y la envía a anunciar su Resurrección a los demás discípulos.
Muchas veces nos quejamos de que no le vemos. Lloramos la ausencia de Dios. Sin embargo Él está ahí y nos llama por nuestro nombre. Él está ahí en las personas que nos aman, en las personas que nos necesitan, en el otro. Como María, no lo reconocemos hasta que nos llama por nuestro nombre. Si tenemos nuestra mente repleta de palabras y sonidos, no podemos oírle. Es en el silencio de la meditación cuando lo escucharemos. Y Él nos invita a anunciarlo a los demás. A ayudar a los demás a hacer el silencio para que puedan oír su nombre. Porque a ellos también los llama por su nombre. 

1 comentario:

  1. Mucha, gracias, buscare ese silencio donde pueda escuchar su voz, gracias.

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