lunes, 16 de octubre de 2017

LA SEÑAL


"La multitud seguía juntándose alrededor de Jesús, y él comenzó a decirles:
– La gente de este tiempo es malvada. Pide una señal milagrosa, pero no se le dará otra señal que la de Jonás. Porque así como Jonás fue señal para la gente de Nínive, así también el Hijo del hombre será señal para la gente de este tiempo. En el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, la reina del Sur se levantará y la condenará; porque ella vino de lo más lejano de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y lo que hay aquí es más que Salomón. También los habitantes de Nínive se levantarán en el día del juicio, cuando se juzgue a la gente de este tiempo, y la condenarán; porque los de Nínive se convirtieron a Dios cuando oyeron el mensaje de Jonás, y lo que hay aquí es más que Jonás."

A Jesús le piden una señal milagrosa. No sabían ver las señales que hacía continuamente devolviendo la vista, ayudando a andar, eliminando el mal de las personas.
Nosotros estamos en un túnel oscuro. También pedimos una señal. Olvidamos, que antes de entrar en el túnel ya había una señal que nos invitaba a encender los faros. Si queremos ver, sólo tenemos que encender la luz. ¿Qué es la luz? La Palabra. Esa Palabra que debemos meditar cada día y nos ilumina el camino. Esa Palabra que hará que nos veamos rodeados de mil y una señales: la belleza de la naturaleza, el amor de una madre, la sonrisa de un niño, personas que dan su vida por los enfermos, por los que no tienen nada, por los marginados...¿Qué otras señales necesitamos? 

2 comentarios: