viernes, 22 de marzo de 2019

LA VIÑA DEL PADRE


"Escuchad otra parábola: 
- El dueño de una finca plantó una viña, le puso una cerca, construyó un lagar y levantó una torre para vigilarla. Luego la arrendó a unos labradores y se fue de viaje. Llegado el tiempo de la vendimia, mandó unos criados a recibir de los labradores la parte de la cosecha que le correspondía. Pero los labradores echaron mano a los criados: golpearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon. El dueño envió otros criados, en mayor número que al principio; pero los labradores los trataron a todos del mismo modo.
Por último mandó a su propio hijo, pensando: ‘Sin duda, respetarán a mi hijo.’ Pero cuando vieron al hijo, los labradores se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero; matémoslo y nos quedaremos con la viña.’ Así que le echaron mano, lo sacaron de la viña y lo mataron. 
Cuando vuelva el dueño de la viña, ¿qué creéis que hará con aquellos labradores? 
Le contestaron:
– Matará sin compasión a esos malvados y dará la viña a otros labradores que le entreguen a su debido tiempo la parte de la cosecha que le corresponde.
Jesús les dijo:
– ¿Nunca habéis leído lo que dicen las Escrituras?:
‘La piedra que despreciaron los constructores
es ahora la piedra principal.
Esto lo ha hecho el Señor
y nosotros estamos maravillados.’ 
Por eso os digo que a vosotros se os quitará el reino, y se le dará a un pueblo que produzca los frutos debidos.
Los jefes de los sacerdotes y los fariseos, al oir las parábolas que contaba Jesús, comprendieron que se refería a ellos. Quisieron entonces apresarle, pero no se atrevían, porque la gente tenía a Jesús por profeta." 

Lo peor que nos puede ocurrir es creernos dueños de la Iglesia. Tan dueños que vamos apartando de ella a la gente, e incluso, eliminamos de ella a Jesús. La humildad es una virtud que olvidamos muchas veces. Con nuestro orgullo, seguimos matando a Jesús cada día. Debemos hacer una Iglesia acogedora, de puertas abiertas, en la que el Padre pueda enviar a sus obreros a recoger los frutos.
"Jesús narra otra parábola a los jefes de los sacerdotes y ancianos de Israel: la viña y los viñadores. En ella, Jesús recoge toda la historia de la humanidad, plantada por Dios con tanto amor y con la esperanza que diera buenos y hermosos frutos de mayor humanidad. Pero la humanidad, en vez de dar los frutos esperados absolutizó el egoísmo y la capacidad acaparadora, haciendo de la historia un escenario de muerte y de violencia. La humanidad ha parcelado egoístamente la viña y han buscado la eliminación de todos aquellos que se ponen del lado de la vida, de la justica y la verdad. Esta misma experiencia de la humanidad la ha vivido Israel. Jesús no asume posturas diplomáticas. Él acusa a Israel por la forma vulgar como se ha comportado. Jesús denuncia que ellos, no solo mataron a los profetas, sino que también matarán al heredero, a él mismo, para apoderarse de la herencia, de manera mezquina y sucia. Con esta parábola el evangelista Mateo nos indica la manera cómo Jesús será despreciado y vilmente asesinado por el egoísmo de los suyos." (Koinonía) 



1 comentario:

  1. – ¿Nunca habéis leído lo que dicen las Escrituras?:
    ‘La piedra que despreciaron los constructores
    es ahora la piedra principal.
    Esto lo ha hecho el Señor
    y nosotros estamos maravillados.’

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