lunes, 6 de julio de 2020

EL ANACORETA Y LOS VISITANTES DESILUSIONADOS


Llegaron unos visitantes atraídos por la fama del Anacoreta  y pasaron todo el día observándolo. Lo vieron rezar Maitines, Tercia, Sexta y Nona con sus discípulos. Lo vieron trabajar en el huerto y fabricar una estera con hojas de palma. Comer y hablar.
Antes del rezo de Vísperas marcharon decepcionados.
- Pensábamos encontrar a un contemplativo, verlo en éxtasis...y hemos visto a un pobre anciano que no hace nada especial - dijeron a los discípulos antes de marcharse.
Durante la cena los discípulos lo comentaron con el Solitario:
El Anacoreta, sin inmutarse, respondió:
- ¿Qué esperaban ver? La contemplación no es hacer cosas extrañas...Consiste en purificar el interés. Es hacer las cosas corrientes con una mirada diferente. Más que subir al cielo, se trata de descender al vientre de la tierra. Buscar las raíces del ser, que son la vida, la misericordia y la esperanza...
Y levantándose añadió:
- Hay que contemplar sin deshumanizarse...
Y se retiraron a rezar Completas.

3 comentarios:

  1. Así justamente pienso, no es que cantidad de oración y de qué forma agradeces... sino con cuánto esmero vives tú cada día!

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    1. Así teníamos que vivir, tanto formulismo nos convierte a los cristianos en víctimas, de tanto rito.

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  2. Siempre hay que hacer las cosas, sin pavonearse

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