jueves, 1 de octubre de 2020

LA ALEGRÍA DE LA SOLIDARIDAD


 Señor Jesús, tu no hiciste gala de tu condición divina, al contrario, la compartiste con nosotros. Enséñanos a compartir con los otros lo que somos y lo que tenemos.

Danos la alegría de ser solidarios.

Señor Jesús, tu nos comunicaste todo lo que habías oído del Padre, y compartiste con nosotros la tierra, la humanidad, tu propia Madre. Enséñanos a poner al servicio de los otros nuestros conocimientos y nuestras cualidades, y a hacer más abierta la sociedad.

Danos la alegría de ser solidarios.

Señor Jesús, tu quisiste compartir con nosotros la alegría y el dolor, el hambre y la sed, el trabajo y la muerte...Enséñanos a compartir, a participar, a aceptarnos los unos a los otros y a darnos nosotros mismos.

Danos la alegría de ser solidarios.

Señor Jesús, que nos enseñaste a nombrar "padre nuestro" a tu propio Padre. Enséñanos a compartir también con los otros la oración y la fe.

Danos la alegría de ser solidarios.

Señor Jesús, que te hiciste pobre y te dedicaste sobre todo a los pobres, haciendo de su evangelización el signo de tu presencia salvadora, y que para entrar en el Reino nos pides que seamos pobres y acojamos a los pobres. Enséñanos a compartir, con toda clase de pobres, nuestra pobreza y la verdadera riqueza que es la comunión contigo y entre nosotros. Enséñanos a dar y a recibir, conscientes que nadie es tan pobre que no tenga nada para dar ni tan rico que no tenga nada para recibir.

Danos la alegría de ser solidarios. 

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