lunes, 26 de octubre de 2020

EL ANACORETA, LA LIBERTAD Y LA SOLIDARIDAD.

 


El Anacoreta y su joven discípulo vivían retirados en el desierto; pero eso no les impedía conocer lo que ocurría en el mundo. Los visitantes les tenían informados. Llegó a sus oídos el recrudecimiento de la pandemia y las leyes restrictivas que dictaban los gobiernos para intentar reducir los contagios y controlar la situación. También llegó a sus oídos las protestas de los que argumentaban que era ilegal e injusto recortar las libertades, obligando a toques de queda, cierres de establecimientos, limitaciones en la movilidad...Durante su frugal comida el Anacoreta comentó:
- Ciertamente, la libertad es un derecho muy importante; pero no es el único ni se puede considerar de forma aislada. Yo soy libre de poner música a todo volumen a las dos de la noche; pero mi vecino también es libre y tiene derecho a dormir.
Mientras recogía los dos cuencos y se dirigía a la pequeña fuente a lavarlos, el anciano siguió hablando:
- Nuestra libertad no puede perjudicar al otro. La salud de todos, en este caso, puede hacer que se nos coarte cierta parte de libertad. La solidaridad también es un valor importante. El bien común pasa por encima de nuestra libertad particular.
El joven discípulo repuso:
- Sí, pero hay gente que se hunde económicamente. Que quizá ya no puedan vivir como antes, que sus negocios se cierren, que pierdan su trabajo, que se queden sin nada...
Guardó unos instantes de silencio, y secando los cuencos respondió:
- Ahí entra también la solidaridad. Somos todos los que hemos de intentar ayudar a que esas personas no se hundan. Y los gobiernos que legislan para salvar la salud común, han de legislar también, para que todos puedan levantar cabeza tras este desastre.
Suspiró y concluyó:
- En todo caso son tiempos difíciles y nos hemos de ayudar entre todos para encontrar el camino de salida y esto no es fácil. Lo triste es, que en los tiempos de crisis, siempre hay algunos que se enriquecen todavía más. Esos no tienen perdón...
Y se retiró a su cueva.

2 comentarios:

  1. Llegó a sus oídos el recrudecimiento de la pandemia y las leyes restrictivas que dictaban los gobiernos para intentar reducir los contagios y controlar la situación. También llegó a sus oídos las protestas de los que argumentaban que era ilegal e injusto recortar las libertades, obligando a toques de queda, cierres de establecimientos, limitaciones en la movilidad...Durante su frugal comida el Anacoreta comentó:
    - Ciertamente, la libertad es un derecho muy importante; pero no es el único ni se puede considerar de forma aislada. Yo soy libre de poner música a todo volumen a las dos de la noche; pero mi vecino también es libre y tiene derecho a dormir.

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  2. Creo que sí todos nos ponemos de acuerdo con cumplir las normas que se establecen, sería estupendo, porque cuanto antes se levantarían las limitaciones y los que se ven más
    afectados, podrían volver antes a la normalidad.Porque con tanta rebeldía, salimos todos más perjudicados.Es un momento oportuno para ejercer el mandato de Dios de amar a tu prójimo como a ti mismo.

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