jueves, 17 de diciembre de 2020

EL ANACORETA Y LA ADOLESCENTE QUE SUFRÍA

 


Llegó hecha un mar de lágrimas y completamente hundida a la cueva. Aquella adolescente, que desde pequeña había tenido fuertes problemas emocionales, acababa de perder la persona que más le había ayudado siempre. Una psicóloga, que no sólo la había tratado, sino que la había amado como a una hija. El Covid se la había llevado inesperadamente.
- ¡Odio la vida! - exclamó desesperada.
El Anacoreta sabía que en estos momentos sobraban las palabras. Que tenía que escucharla y estar a su lado. Y es lo que hizo. Cuando se tranquilizó y volvió a su casa, el Anacoreta dijo a su discípulo:
- Lo más difícil, pero esencial, es amar la vida. Amarla, sobre todo, cuando uno sufre. Porque la vida lo es todo. La vida es Dios. Y amar la vida, significa: amar a Dios.
Ante la mirada de extrañeza del joven seguidor, añadió:
- Y esto no lo digo yo. Lo escribió un escritor ruso: León Tolstoy... 

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