lunes, 4 de julio de 2022

CÓMO ACERCARNOS A JESÚS


 En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: "Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá". Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que, con sólo tocarle el manto, se curaría. Jesús se volvió, y al verla le dijo: "¡Animo, hija! Tu fe te ha curado. Y en aquel momento quedó curada la mujer.
Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: "¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida". Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por aquella comarca.

Hoy el evangelio nos narra dos milagros. El primero, la iniciativa es de la mujer. Toca el borde del manto. No quiere molestar y confía plenamente en Jesús. Su fe la cura. En la niña, es Jesús el que actua. La toma de la mano y ella se levanta.
Dos lecciones para nuestra vida. Acercarnos humidemente a Jesús. Él hará el resto. Y dejarse coger de la mano por Jesús. Nuestra confianza en Jesús ha de ser absoluta.
   
"Desde el momento en que Jesús salió con el funcionario de la sinagoga y hasta que llegó a su casa, ¿no pasó entre muchas multitudes, codeándose con ellas? ¿No hubo gente que lo vio pasar, pero no le dio mucha importancia? Tal vez hubo muchos que se burlaron del propósito de su viaje, como los de la casa del funcionario. Pero Mateo nos habla de esta señora que, con profunda fe, se atrevió a alcanzarlo y tocarlo con fe y expectación. Su fe era tan grande que ni siquiera quiso detenerlo para que le dedicara tiempo; le bastó con llegar a tocar el borde de su manto, cuando él pasaba. Tal fe no podía quedar sin recompensa.
¡Cuántas veces pasa de largo el borde de su manto y cómo lo pasamos por alto, una y otra vez! O peor aún, ¡nos quedamos parados y nos reímos de los que intentan alcanzarlo y tocarlo!" (Ciudad Redonda)

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