viernes, 23 de febrero de 2024

RECONCILIACIÓN

 

Porque os digo que si no superáis a los maestros de la ley y a los fariseos en hacer lo que es justo delante de Dios, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que a vuestros antepasados se les dijo: ‘No mates, pues el que mata será condenado.’  Pero yo os digo que todo el que se enoje con su hermano será condenado; el que insulte a su hermano será juzgado por la Junta Suprema, y el que injurie gravemente a su hermano se hará merecedor del fuego del infierno.
Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda.
Si alguien quiere llevarte a juicio, procura ponerte de acuerdo con él mientras aún estés a tiempo, para que no te entregue al juez; porque si no, el juez te entregará a los guardias y te meterán en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último céntimo.

Otra vez Jesús nos pide que no seamos como los fariseos. Que no nos quedemos en lo externo en las apariencias, mientras en nuestro corazón anida el egoísmo, el rencor, el orgullo...
Es más, nos dice que si vamos a rezar o a una ceremonia religiosa, vayamos antes a pedir perdón a quien tiene algo contra nosotros. Porque el amor, el estar en paz con todos, la reconciliación, son más importantes que las ceremonias religiosas. 
También nos dice que arreglemos nuestras diferencias entre nosotros, dialogando, sabiendo ceder un poco cada uno de nosotros, antes de meternos en litigios y denuncias en los juzgados.
Y es que la reconciliación, el estar en paz con todos, es la base para estar en paz con nosotros mismos. Es la base para que nuestro corazón esté en paz. Sólo entonces podremos encontrar a Dios.

"Comienza el Evangelio de este día con Jesús diciendo que “Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”. Es importante pensar un poco lo que significa el término “justicia”. Habitualmente, en nuestro mundo, por justicia entendemos “dar a cada uno lo suyo”. Están las leyes y los tribunales. Entre todos hacen justicia, dando a cada uno lo que es suyo. Si uno tiene que pagar el alquiler y no lo ha pagado, el juez determinará que lo tiene que pagar, que tiene unos plazas y unos intereses y que si no lo paga tendrá una pena de multa o de cárcel. Así que el dueño del piso queda con lo que es suyo. Y el otro paga lo que debe.
Pero está claro leyendo el Evangelio, que esa no es la justicia de que habla Jesús. Para Jesús lo que prima no es la propiedad sino la fraternidad. Jesús no está pensando en dar a cada uno lo que es suyo, lo que le pertenece de cosas materiales (dinero, casa, tierras…) sino en devolver a cada uno el derecho a la fraternidad, a sentirse hermanos y a comportarse como tales. Es una justicia que tiene su fundamento principal en la reconciliación. Rompe la justicia el que rompe la fraternidad y se vuelve a una situación justa cuando se reconstruye la fraternidad gracias a la reconciliación.
Por eso lo terrible es, por supuesto, matar al hermano. Pero también es terrible –y una forma de matar– llamarle imbécil o necio o, simplemente, dejarse llevar por la cólera con el hermano. Todo eso ya es una forma de quebrantar la fraternidad, que es el valor central del Reino. Por eso, más importante que hacer la ofrenda en el altar (ahora diríamos que más importante que hacer muchas oraciones, rosarios, trisagios y novenas) es reconciliarse con el hermano. Porque dedicar mucho tiempo a la oración pero dejar de lado la reconciliación y mantener rota la fraternidad, es ser infiel al Reino. Aquello, la oración, es inútil sin esto, la reconciliación.
Recordemos para este día y para los que siguen: la fraternidad es el valor primero para el cristiano, para el discípulo de Jesús. Todo lo demás es secundario. Y quebrantar la fraternidad es la verdadera injusticia."
(Fernando Torres cmf, Ciudad Redonda)

1 comentario:

  1. Recordem per a aquest dia i per als que segueixen: la fraternitat és el valor primer per al cristià, per al deixeble de Jesús. Tota la resta és secundari. I trencar la fraternitat és la veritable injustícia. ESTIMAR-NOS els UNS ALS ALTRES.

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