martes, 20 de febrero de 2024

PADRENUESTRO

 

Y al orar no repitas palabras inútilmente, como hacen los paganos, que se imaginan que por su mucha palabrería Dios les hará más caso. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis aun antes de habérselo pedido. Vosotros debéis orar así:
‘Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad en la tierra
así como se hace en el cielo.
Danos hoy el pan que necesitamos.
Perdónanos nuestras ofensas
como también nosotros perdonamos
a quienes nos han ofendido.
Y no nos expongas a la tentación,
sino líbranos del maligno.’
Porque si vosotros perdonáis a los demás el mal que os hayan hecho, vuestro Padre que está en el cielo os perdonará también a vosotros; pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará el mal que vosotros hacéis.

Jesús nos enseña a rezar. Y la primera lección que nos da, es que no llama a Dios Altísimo, ni Todopoderoso. Lo llama Padre. Es decir alguien cercano a nosotros que nos ama, porque somos sus hijos. Y añade nuestro. Aunque recemos solos, lo estamos haciendo unido a lodos los que creen en Él y le aman. Es Padre Nuestro, porque todos somos hermanos. 
Fijaos que gran parte de la oración está dedicada al perdón. Pedimos que nos perdone, pero este perdón está condicionado a que nosotros perdonemos también. ¿Cómo podríamos pedir a Dios que nos perdone si somos incapaces de perdonar?
Recemos el Padrenuestro conscientemente. Meditando cada una de sus palabras. Nos señalan el camino para llegar a Dios.

"El Evangelio de hoy nos recuerda el Padrenuestro, esa oración que aprendimos, casi con seguridad, de pequeños y que tantas veces hemos repetido en nuestra vida, unas como papagayos y otras quizá también deteniéndonos en lo que decimos, intentando saborear cada una de sus palabras.
Porque la realidad es que para ser una oración tan breve, sus palabras dicen muchas cosas. Quizá demasiadas para que, a pesar de los años, hayamos llegado a entenderlas y asimilarlas del todo. Basta con el comienzo para quedarnos ya parados y asombrados. “Padre nuestro”. De entrada nos referimos a Dios como “Padre”. Lo importante de la afirmación es la relación en que nos situamos con él. Padre es una palabra que huele a familia, a hogar, a mesa común, a cariño. También es verdad que para algunos y sus malas experiencias, Padre puede saber a abuso, dominio, opresión, control… pero no es así el “Abbá” de que nos habla Jesús en los Evangelios. Y fue Jesús el que nos enseñó/regaló esta oración tantas veces repetida a lo largo de la historia por tantos creyentes.
Leí una vez que el Santo Cura de Ars, en sus momentos de oración, nunca llegaba a terminar de rezar el Padrenuestro porque con sólo decir la primera palabra, Padre, ya se quedaba tan admirado que era incapaz de seguir. Pues resulta que Dios no es solo Padre, es que es padre nuestro. Más admiración todavía. Más quedarnos sin palabras. Más que brota del corazón el agradecimiento.
Y luego vienen otras palabras que hablan de su reino, de su voluntad, del pan de cada día que tanto necesitamos, del perdón, que posiblemente necesitamos más que el pan. Y la petición última, que cierra la oración: que nos libre del mal que nos atenaza y nos rodea, que a veces parece anidar incluso en nuestros corazones, hecho envidia o ira o cólera o…
En esta Cuaresma, cuando recemos el Padrenuestro, que no lo hagamos a la carrera, que dejemos que las palabras lleguen a nuestro corazón y que éste se llene de cariño, de perdón de misericordia, de paciencia, de comprensión. Que se llene de todo eso que hace un buen padre con sus hijos."
(Fernando Torres cmf, Ciudad Redonda)

2 comentarios:

  1. En esta Cuaresma, cuando recemos el Padrenuestro, que no lo hagamos a la carrera, que dejemos que las palabras lleguen a nuestro corazón y que éste se llene de cariño, de perdón de misericordia, de paciencia, de comprensión. Que se llene de todo eso que hacen un buen padre i una madre con sus hijos."

    ResponderEliminar
  2. En aquesta Quaresma, quan resem el Parenostre, que no ho fem a la cursa, que deixem que les paraules arribin al nostre cor i que aquest s'ompli d'afecte, de perdó de misericòrdia, de paciència, de comprensió. Que s'ompli de tot això que fan uns bons pare i mare amb els fills."

    ResponderEliminar