miércoles, 23 de octubre de 2024

RESPONDER A LOS DONES RECIBIDOS

 


Y pensad que si el dueño de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que se la abrieran para robarle. Estad también vosotros preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperéis.
– Señor, ¿has contado esta parábola sólo para nosotros, o para todos?
Dijo el Señor: ¿Quién es el mayordomo fiel y atento, a quien su amo deja al cargo de la servidumbre para repartirles la comida a su debido tiempo? ¡Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, encuentra cumpliendo con su deber! De verdad os digo que el amo le pondrá al cargo de todos sus bienes. Pero si ese criado, pensando que su amo va a tardar en volver, comienza a maltratar a los demás criados y a las criadas, y se pone a comer, beber y emborracharse, el día que menos lo espera y a una hora que no sabe llegará su amo y lo castigará. Le condenará a correr la misma suerte que los infieles.
El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni le obedece, será castigado con muchos golpes. Pero el criado que por ignorancia hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más.

Jesús nos vuelve a decir que debemos estar preparados, a punto. Y nos dice además que, a los que les ha dado mucho, se les pedirá más. No solamente el que ha recibido más dinero, más poder, más salud...Sino a aquellos que han recibido más Amor de Dios, que Él los ha elegido de una manera especial. Aquellos que sabemos cuál es su camino y que nos ha invitado a seguirlo. El que lo ignora no es responsable de su ignorancia; pero el que conoce debe responder a ese conocimiento. Debemos esforzarnos a responder con creces a los dones recibidos. Y debemos hacerlo ya, porque Él vendrá en el momento menos pensado.

"En el evangelio de hoy Lucas nos presenta una fuerte llamada a la responsabilidad y a la fidelidad en nuestra vida cristiana. Jesús nos invita a estar siempre preparados, vigilantes, porque no sabemos cuándo vendrá el Hijo del hombre. La comparación con el dueño de casa que, si supiera cuándo viene el ladrón, se mantendría alerta, nos hace conscientes de la importancia de vivir cada día con la expectativa de la venida de Cristo.
Pedro pregunta si esta enseñanza es solo para los discípulos o para todos, y Jesús responde con la parábola del administrador fiel. Aquí, el Señor subraya que aquellos a quienes se les ha confiado una misión, como en el caso de los discípulos, tienen una mayor responsabilidad de ser fieles y diligentes en su servicio. El administrador que cumple su deber con dedicación y lealtad será bendecido, mientras que el que abusa de su autoridad y vive de forma desordenada será castigado severamente.
Este pasaje nos recuerda que no podemos caer en la trampa de la comodidad o la indiferencia, pensando que “el Señor tarda en llegar”. Como cristianos, todos tenemos una responsabilidad que cumplir en nuestro entorno, sea en la familia, el trabajo, la comunidad o la iglesia. Se nos ha confiado el cuidado de los demás y la misión de ser testigos del Evangelio. Jesús nos advierte que cuanto más conocimiento y más dones hemos recibido, más se espera de nosotros. Esta es una llamada a tomar en serio nuestra vocación y a vivir de acuerdo con lo que sabemos que es justo y verdadero.
Es un llamado a la coherencia: si sabemos lo que el Señor quiere de nosotros, debemos actuar en consecuencia. No basta con tener buenas intenciones; nuestras acciones deben reflejar nuestra fe y nuestro compromiso con Dios. Al final, seremos juzgados no solo por lo que hemos hecho, sino también por lo que hemos dejado de hacer con los dones y oportunidades que Dios nos ha dado.
Este evangelio nos invita a una revisión profunda sobre la responsabilidad personal y la vigilancia. Seamos como el administrador fiel, que trabaja con diligencia y amor, sabiendo que un día el Señor vendrá, y será una gran alegría ser encontrados cumpliendo su voluntad."
(Edgardo Guzman cmf, Ciudad redonda)

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