martes, 13 de abril de 2010

EL VIENTO DEL ESPÍRITU...


Jesús dijo a Nicodemo:

- El viento sopla donde quiere, y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.

La verdad es que nuestra sociedad no está para vientos ni espíritus. Si no queremos problemas hemos de atenernos a la norma. Y eso ocurre tanto en la sociedad civil como en la religiosa. Nos hemos de atener a lo políticamente correcto, a lo canónicamente correcto: hemos de formar parte del sistema.

Jesús le dijo a Nicodemo todo lo contrario, que para formar parte del Reino se ha de nacer del Espíritu, se ha de ser libre como el viento...

No. no se trata de que todo vale; pero tampoco se trata de comportarnos como borregos tras los dirigentes. No se trata de destruirlo todo por sistema (como paradójicamente hacen los antisistema), pero tampoco de acatarlo todo sin reflexionar.

Los primeros cristianos, basta para darse cuenta con leer los Hechos o las Epístolas, buscaban el viento del Espíritu. Porque si algo predicó Jesús fue la libertad. Presentamos el seguimiento de las normas como algo difícil y meritorio. Mucho más difícil es ser libre. Porque la libertad supone reflexionar ante cada encrucijada, tomar partido ante cada decisión y correr el riesgo de equivocarnos. El que realmente se deja llevar por el Espíritu ha de acumular muchas oras de oración a sus espaldas. Seguir al Espíritu no es seguir nuestro capricho; pero es huir de las seguridades.

Dejarse llevar por el espíritu, o intentar hacerlo, te convierte automáticamente en una persona sospechosa. Sin embargo son ellos los que han hecho avanzar la Iglesia y nuestra sociedad. Francisco, Ignacio de Loyola, Juan de la Cruz, Tomás de Aquino, Juan Bautista de La Salle...fueron personas que chocaron con la sociedad de su tiempo. Por seguir al Espíritu fueron incomprendidos e incluso perseguidos. Pero fueron ellos los que ayudaron a que el Reino se hiciera presente entre nosotros.

3 comentarios:

  1. El viento de tu espírtiu me gusta sentirlo. Es como una leve caricia que me recuerda que aún no es tarde....
    Te dejo muchos saludos berlineses.

    ResponderEliminar
  2. El Espíritu sopla donde y cuando quiere. Va abriendo caminos e iluminando,a nosotros nos toca estar abiertos y aceptar que nuestra vida cambiará radicalmente, quizás no de la forma que nosotros queremos,pero ¿quién se niega a esta fuerza que todo lo arrolla?
    Un cariñoso abrazo

    ResponderEliminar
  3. "La Iglesia tiene necesidad de un Pentecostés permanente;tiene necesidad de fuego en el corazón,de palabras en los labios,de profecía en la mirada.La Iglesia tiene necesidad de ser Templo del espíritu santo,es decir de limpieza total y de vida interior...tiene necesidad de sentir que sube de lo más profundo de su intimidad personal,como un gemido,una poesía,una oración,un himno,la voz orante del Espíritu,que,como nos enseña san Pablo,nos sustituye y ora en nosotros y por nosotros "con gemidos inefables",y que le interpreta el discurso que nosotros,a solas,no sabríamos dirigir a Dios."
    Pablo VI

    ResponderEliminar