viernes, 30 de abril de 2010

PERO, ¿QUÉ ES LO QUE NO VA?


Mirando a nuestro alrededor, leyendo la prensa y mirando la TV, es imposible no hacerse esta pregunta: ¿qué es lo que no funciona? En realidad esta pregunta se la han hecho personas de todas las épocas. No hay momento de de la historia, en la que alguien no haya calificado sus tiempos de calamitosos. Pero esto no es excusa ni minimiza la pregunta hoy. Que nuestra sociedad no funciona es una constatación evidente.

Los hombres, a diferencia de los otros seres de la creación, estamos dotados de inteligencia y voluntad (aunque no siempre las utilicemos) y sobre todo somos libres. Libertad como capacidad de elección, lo cual no significa que podemos hacer lo que nos de la gana. En esa elección podemos equivocarnos. Puedo elegir salir a la calle saliendo por la ventana del piso catorce de un rascacielos. Será la última elección libre que haga.

Dios podía haber creado el mundo como un mago...Dios quiso que el mundo siguiera una evolución de la que formamos parte, y a la que nosotros, por nuestra libertad, conscientemente, podemos llevarla por un camino de progreso o de destrucción. Ahí entra en juego lo que llamamos pecado original, esa desviación que nos lleva a querer ser como dioses y torcer el crecimiento de la humanidad, y, de paso, del cosmos entero. ¿Por qué los seres humanos se hacen daño unos a otros y a sí mismos? Por la simple razón de que, aunque sabemos que nuestro conocimiento de las cosas es limitado, nosotros utilizamos nuestra libertad irresponsablemente.

Surge la eterna pregunta: ¿por qué nos ha hecho Dios así? Porque para Dios la libertad es tan importante, que bien vale correr el riesgo de que la humanidad se destruya a sí misma y a la Tierra. Paradójicamente, lo que el relato del Génesis nos muestra como pecado original: "Querer ser Dios", es lo que Él quiere que consigamos con la libertad, porque es lo que más nos asemeja a Él. El problema está en que nuestro querer ser dioses es a base de suplantarlo, de destruírlo, no de ser Dios en Él y con Él.

Las maldades y desgracias de este mundo hacen renegar a muchos de la bondad de Dios, cuando, precisamente, son a causa de su bondad, de querer que crezcamos, que evolucionemos a la perfección. De ahí el sentido de la Encarnación. Dios se hace hombre para sufrir como los hombres y para mostrarnos el camino de la libertad que nos puede hacer a todos Uno en el Uno. Hay quien se escandaliza de que algunos prefiramos emplear la expresión Dios Todomisericordioso a la de Todopoderoso...¿Significa que negamos este atributo de Dios? No. Lo que queremos decir es que el propio Dios, para que el hombre alcance su total plenitud deja su poder de lado, se hace Hombre por amor y nos muestra su misericordia. Amor y libertad son interdependientes. No hay amor sin libertad; pero hay un gran dolor inscrito en esta interdependencia. No podemos obligar a nadie a que nos ame. Es más, cuando más grande sea nuestro amor, más débiles e indefensos quedamos ante los demás. Eso le pasa a Dios frente a la Humanidad. Él lo acepta para que crezcamos. Como el padre que observa a su hijo, le deja equivocarse, porque sabe que sólo así aprenderá e irá encontrando su camino en la vida...

5 comentarios:

  1. lo que no va es porque la gente se ha vuelto egoista, ha perdido totalmente el sentido de la solidaridad con los demás, nos comportamos con un triste pensamiento "es horrible" pero luego está el mirar para otro lado porque "como a mi no me toca" una serie de situaciones qaue nos han vuelto de tal forma que se ha convertido en todo un despropósito sin mas miramientos y sin ningún tipo de conciencia

    ResponderEliminar
  2. Mi padre decía:no es lo mismo libertad que libertinaje. Es lo que nos lleva a ser unos grandes egoistas sin pensar en los demás.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. "Ama y haz lo que quieras - si te callas, hazlo por amor; si gritas, también hazlo por amor; si corriges, también por amor; si te abstienes, por amor. Que la raíz del amor esté dentro de ti y nada puede salir sino lo que es bueno".
    San Agustín

    Pero para eso tenemos que mirar nuestro interior, cultivar y mimar nuestro espíritu, nuestro corazón y nuestra mente. De lo contrario soltaremos la riendas del egoísmo, la ira y todo lo negativo que hay en nosotros.
    Creo que al final Dios nos da ese pequeño "Tirón de orejas" y volvemos a ser buenos hijos y hermanos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  4. Joan,el qué nos pasa es como bien dices una pregunta permanente.
    Pero,ciertamente,estamos en un momento en el que casi da vértigo mirarnos a nosotros mismos y a la Madre Tierra.
    Cuesta entender el hecho de que Dios nos hizo libres,porque no se entiende la libertad cono acto de amor elegido.
    Cuando hacemos uso de ella y nos confundimos,debemos de amar también ese error,aceptarlo hasta que seamos capaces de poder/querer dar un giro hacia el horiznte de la fraternidad.
    Hoy estoy muy inspirada?,ayyyyyyyyyy¡¡¡
    Besucos "coloraos"

    ResponderEliminar
  5. "Ser Dios en Él y con Él..." Nunca me había planteado la libertad desde ahí y me parece precioso, no suplantarlo, no eliminarlo para poder ser más libres sino serlo en Él y con Él..., intentar acercarnos a Él lo más posible, pero, ¡¡me parece tan difícil de conseguir!!!!!!!!!

    No podemos obligar a nadie a que nos ame, pero Él lo hace sin condiciones y siempre y hasta llega a dar su vida por nosotros, ¿existe una mayor prueba de Amor?

    Un abrazo y buen finde

    ResponderEliminar