lunes, 21 de julio de 2014

EL ANACORETA Y EL DIÁLOGO


Mientras intentaban paliar el calor de una noche de verano sentados en el balcón, el Anacoreta dijo a su joven seguidor:
- Nunca se había hablado tanto de diálogo y nunca se había dialogado tampoco.
- Sin embargo - repuso el joven - se hacen encuentros, debates, mesas redondas...
Sonrió el anciano y respondió:
- El problema reside en que no tenemos claro qué es diálogo.
Hizo un pequeño silencio y prosiguió:
- Definimos mal la palabra. creemos que procede de "di", dos y de "logos", palabra. Es decir dos personas que exponen sus ideas, pero que, habitualmente, desde su posición, que consideran inviolable, intentan convencer al otro. Si empezamos diciendo que estamos dispuestos a dialogar, pero determinamos una serie de puntos   intocables, eso no pasa de ser una discusión.
Volvió a guardar unos instantes de silencio y añadió:
- La etimología de diálogo es "diá", a través y "logos", palabra. Es decir, ir más allá de nuestras palabras para encontrar algo mejor, algo nuevo, algo que nos transciende. Se trata de encontrar la verdad a partir de las ideas de cada uno, no de intentar convencer al otro de nuestras ideas.
Rió el joven seguidor y comentó:
- Pues nuestros políticos no lo tienen nada claro...
Rió también el Anacoreta y concluyó:
¿Hay alguien que lo tenga claro? 

1 comentario:

  1. Per dialogar, també s´ha d´escoltar i només cal verurer els debats, que tothom parla a la vegada,.
    Bona setmana i una abraçada, Montserrat

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