jueves, 10 de julio de 2014

EL ANACORETA Y LAS PALABRAS


Aquel periodista visitó al Anacoreta. Mientras conversaban, el anciano le dijo:
- Los que dedicáis la vida a la palabra, tenéis una gran responsabilidad. Con el lenguaje podéis construir o destruir felicidad. Las palabras son como espadas que atraviesan el alma, para destruirla o ensancharla.  Una simple palabra puede destruir a una persona para siempre, o hacer que todos la admiren.
Le miró a los ojos y concluyó:
- Mide bien tus palabras. Úsalas con responsabilidad.

2 comentarios:

  1. Y ahora la gente y los políticos no paran de faltarse el respeto publicamente.
    Es cierto que duelen las palabras cuando son hirientes.
    Y quitan el dolor cuando son amables y sinceras.
    Un abrazo, Montserrat

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  2. No importan las, palabras cuando se habla con la buena fe, y con el corazón en la mano,pero estas: también pueden ser hirientes para algunas personas,que tienen establecidas sus normas ideales etc

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