lunes, 21 de enero de 2019

ENVIADOS


"Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. Cuando estaba con ellos en este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura. 
Ahora voy a ti; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo. Yo les he comunicado tu palabra; pero el mundo los odia porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del mal. Así como yo no soy del mundo, tampoco ellos son del mundo. Conságralos a ti por medio de la verdad: tu palabra es la verdad. Como me enviaste a mí al mundo, así yo los envío. Y por causa de ellos me consagro a mí mismo, para que también ellos sean consagrados por medio de la verdad."

Hoy es la festividad de San Fructuoso obispo y los diáconos Augurio y Eulogio, martirizados en Tarragona el año 259 bajo el imperio de Valeriano. Son los patrones de la Conferencia Episcopal Tarraconense, y por eso en Cataluña celebramos esta liturgia hoy.
El evangelio nos presenta a Jesús orando al Padre. El va a partir, pero sus discípulos seguiremos aquí.
Jesús quiere que el Padre nos proteja del mal, para seguir anunciando la Palabra, para seguir llenos de su alegría.
Como Él fue enviado, nos envía a nosotros para ser consagrados por la Verdad. Somos enviados para anunciar la Palabra con Alegría y consagrar este mundo en la Verdad.



1 comentario:

  1. "Yo no voy a seguir en el mundo, pero ellos sí van a seguir en el mundo, mientras que yo voy para estar contigo. Padre santo, cuídalos con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado, para que estén completamente unidos, como tú y yo. Cuando estaba con ellos en este mundo, los cuidaba y los protegía con el poder de tu nombre, el nombre que me has dado. Y ninguno de ellos se perdió, sino aquel que ya estaba perdido, para que se cumpliera lo que dice la Escritura.
    Ahora voy a ti; pero digo estas cosas mientras estoy en el mundo, para que ellos se llenen de la misma perfecta alegría que yo tengo. Yo les he comunicado tu palabra; pero el mundo los odia porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

    ResponderEliminar