martes, 28 de mayo de 2019

NECESITAMOS AL ESPÍRITU


"Pero ahora me voy para estar con el que me envió, y ninguno de vosotros me pregunta a dónde voy; al contrario, os habéis puesto muy tristes porque os he dicho estas cosas. Pero os digo la verdad: es mejor para vosotros que me vaya. Porque si no me voy, el defensor no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo dónde está la culpa, dónde la inocencia y dónde el juicio. La culpa la mostrará en ellos, porque no creen en mí; la inocencia, en mí, porque voy al Padre y ya no me veréis; y el juicio, en el que manda en este mundo, porque ya ha sido condenado." 


Nos acercamos a Pentecostés; por esto la liturgia nos habla cada vez más del Espíritu. En este evangelio los apóstoles están tristes ante el anuncio que les hace Jesús de su partida. Pero es necesario para que venga el Espíritu. A partir de ahora debemos dejarnos guiar por el Espíritu. Es Él quien nos envía y nos dirige a anunciar la Buena Nueva. Por desgracia hablamos muy poco del Espíritu y casi no lo tenemos presente en nuestras oraciones. Si embargo es a través de Él, que recibimos el "espíritu" de cristianos.
 "En el evangelio, Jesús actualiza su partida (Cf. Jn 13, 31). Que el maestro de Nazaret se vaya, no solo es pedagógico, sino espiritualmente desafiante para la comunidad, porque le enseña a encarnarlo con Espíritu en la vida y en el mundo. Siendo este aprendizaje existencial el mejor antídoto contra la tristeza, el miedo y la desesperanza que pueda agobiar al corazón del dicsípulo. El Espíritu desempeñara una doble función en la vida de la comunidad: fiscal y profética. Fiscal, en tanto que, desde dentro de la comunidad, el Espíritu instaura un juicio contra la depravación política del mundo y su orden establecido de injusticia y violencia sistemática, posibilitando resistencia y lucidez histórica. Profética, en tanto que la comunidad no hace componendas con poder opresor alguno, sino que verifica lo que predica con las propias acciones, denunciando todo comercio espiritual. La invitación es a vivir una «espiritualidad en salida», que centra y orienta nuestras acciones a la búsqueda de construir una sociedad más humana. De lo contrario, labramos nuestra condenación. ¿Actuamos como enviados del Espíritu?" (Koinonía) 



1 comentario:

  1. Cuando él venga, mostrará claramente a la gente del mundo dónde está la culpa, dónde la inocencia y dónde el juicio. La culpa la mostrará en ellos, porque no creen en mí; la inocencia, en mí, porque voy al Padre y ya no me veréis; y el juicio, en el que manda en este mundo, porque ya ha sido condenado." Nos acercamos a Pentecostés; por esto la liturgia nos habla cada vez más del Espíritu. En este evangelio los apóstoles están tristes ante el anuncio que les hace Jesús de su partida. Pero es necesario para que venga el Espíritu. A partir de ahora debemos dejarnos guiar por el Espíritu. Es Él quien nos envía y nos dirige a anunciar la Buena Nueva. Por desgracia hablamos muy poco del Espíritu y casi no lo tenemos presente en nuestras oraciones. Si embargo es a través de Él, que recibimos el "espíritu" de cristianos.

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