lunes, 13 de mayo de 2019

LA VOZ DEL PASTOR


"Jesús añadió:
- Os aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que se mete por otro lado, es ladrón y salteador. El que entra por la puerta, ese es el pastor que cuida las ovejas. El guarda le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre y las ovejas reconocen su voz. Él las saca del redil, y cuando ya han salido todas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque reconocen su voz. En cambio no siguen a un extraño, sino que huyen de él porque no conocen la voz de los extraños. 
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. 
Volvió Jesús a decirles:
- Os aseguro que yo soy la puerta por donde entran las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí fueron ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entra será salvo; entrará y saldrá, y encontrará pastos.
El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia."

Jesús nos conduce al Padre. Es Él la puerta. Quien entrega su vida a los pobres, a los perseguidos, a los enfermos, es decir a Jesús, es el que encuentra de verdad al Padre.
"Jesús plantea un enigma a través de símbolos y personajes. El “ladrón y el bandido” violan, emplean artimañas para apoderarse de la intimidad de la persona-comunidad. En cambio, el “guardián” discierne para poder cruzar la puerta; y abrir la puerta, es símbolo de transición: de dejar una actitud y radicalmente tomar otra. La cuestión fundamental a la que apunta el relato es por la identidad: saber quiénes somos, qué estamos siendo y qué queremos ser. Sin estas preguntas, la vida se desfigura. Por eso los interlocutores no entendían lo que Jesús quería decirles, ya que su planteamiento los cuestionaba en su pretendida identidad. Con la fórmula “Yo soy la puerta y el buen pastor” el maestro de Nazaret está mostrando su verdadero ser: vive en y desde Dios en la realidad posibilitando, orientando y cuidando la vida en plenitud. El ser humano accede a su morada interior intimando con el Maestro. He aquí el sentido de ser discípulo: sintiendo y encarnando la persona de Jesús. ¿Lo que estamos siendo nos hace felices y hace justicia a lo que decimos y sentimos ser?" (Koinonía) 



2 comentarios:


  1. "Jesús añadió:
    - Os aseguro que el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que se mete por otro lado, es ladrón y salteador. El que entra por la puerta, ese es el pastor que cuida las ovejas. El guarda le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre y las ovejas reconocen su voz. Él las saca del redil, y cuando ya han salido todas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen porque reconocen su voz.

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  2. Volvió Jesús a decirles:
    - Os aseguro que yo soy la puerta por donde entran las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí fueron ladrones y salteadores, pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entra será salvo; entrará y saldrá, y encontrará pastos.
    El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia."

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